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Sobre la supuesta "plaga" de tintoreras en Galicia

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Foto tomada de La Voz de Galicia del 9-IX-2013.
La semana pasada, el 9 de septiembre, La Voz de Galicia informaba a su manera del supuesto elevadísimo número de avistamientos de tintoreras (Prionace glauca) en nuestras costas durante esta temporada. El enfoque y tratamiento de la noticia son ostensiblemente mejorables, por decirlo de algún modo, desde el titular: "Galicia petada de tiburones" y la manida referencia a la música de Tiburón que sirve de introducción hasta el punto final. De hecho, no merecería ni un minuto de atención aquí si no fuera porque son muchos los lectores del periódico que se han quedado con la mosca detrás de la oreja. Así que vamos a aprovechar para contar cuatro cosas sobre nuestras bellísimas quenllas, tintoreras o tiburones azules (como queráis llamarlos), a ver si podemos ayudar a clarificar un poco las ideas. Vamos punto por punto.

1) Nada de otro mundo. Lo primero que uno piensa es: ¿Qué esperaban encontrarse en el mar? ¿Lirones caretos? En el litoral de Galicia siempre ha habido tintoreras. Unos años se ven más, otros menos. Como la sardina. Hay temporadas que el mar está lleno, hay temporadas que no; hay temporadas que se aproximan mucho al litoral, hay temporadas que lo hacen mucho menos. Entran en juego diferentes factores como la temperatura del agua, la disponibilidad de alimento... y por supuesto que realmente exista un número suficiente de tiburones. También, evidentemente, es importante el hecho de que aquí cerca la flota artesanal ya no anda a la quenlla, pero no debido a su "escaso interés comercial", como dice la noticia, sino porque lo tienen prohibido. Si algo tiene esta especie es justamente valor comercial, y además mucho, tanto por su carne como, sobre todo, por sus aletas.

Tintorera fotografiada en las Azores por Joaquín Gutiérrez.
2) ¿Pero de verdad que hay tantísimas quenllas? Nos hemos olvidado, pero cuando uno bucea en las hemerotecas (1) o se molesta en recoger testimonios de viejos pescadores, advierte que hace unos cuantos años nuestro mar, en comparación, sí que estaba lleno de tintoreras y de otros tiburones. Hoy por supuesto que no. Pero esto que dicen, que Galicia está "petada", ¿no podría deberse a una recuperación de estas poblaciones? Suponiendo que los testimonios que recoge la noticia sean totalmente fiables, de momento no hay datos que confirmen semejante hipótesis. En realidad sucede más bien lo contrario: lo que se ha constatado es un descenso en las poblaciones del Atlántico, no un incremento, de ahí que en la Lista Roja de la IUCN esté clasificada como Casi amenazada. La tintorera es un objetivo clave de la flota palangrera. Nuestros barcos la siguen pescando, pero lejos. Por ejemplo, hace unos meses La Voz recogía la noticia de un palangrero de Coruña que había capturado nada menos que 10 toneladas a "130 millas de la torre de Hércules" (2).

Foto: La Voz de Galicia, 3-IX-2013.
3) "Pezqueñines" y jovenzuelos. La gran mayoría de los ejemplares que vemos cerquita de la costa son juveniles y subadultos por la sencilla razón de que este tramo de Atlántico que comprende el golfo de Vizcaya, Galicia y Portugal forma parte de una amplia área de cría de la especie. Los partos tienen lugar a principios de la primavera, y las crías y jóvenes, que no son grandes viajeros como sus mayores, suelen permanecer en la misma zona hasta que cumplen los 2-3 años y alcanzan los 130 cm de longitud (al nacer miden entre 35-50 cm). El bicho de la imagen, capturado dentro de la dársena de Coruña según informa La Voz de Galicia del 3 de septiembre, es una cría de 70 cm que tal vez se metió en el lugar equivocado en el momento equivocado bien porque se había desorientado, bien porque los jureles estaban demasiado ricos, o bien tal vez porque estaba enferma. No puede decirse que se trate de un hecho insólito, increíble o portentoso, aunque ciertamente no es habitual. Por otro lado en Galicia hemos conocido más noticias de varamientos de ejemplares jóvenes, recogidas, por cierto, en el mismo periódico:

Arteixo, 12-IX-2009 (Foto de La Voz de Galicia).
Malpica, 29-VI-2011 (Foto de La Voz de Galicia).
La tintorera es de los tiburones más prolíficos. Puede llegar a dar a luz hasta 135 crías, si bien lo normal es entre 15 y 30. Esta variabilidad puede depender en parte del tamaño de la madre: desde los 220 cm aproximadamente en que alcanzan la madurez sexual hasta los cerca de 4 m registrados para la especie.

4) Crías con doble nacionalidad Como curiosidad, la tintorera es uno de nuestros tiburones más viajeros. Diversos programas de marcado y seguimiento han descubierto patrones migratorios verdaderamente alucinantes. Tras aparearse en ciertas zonas del Atlántico occidental, muchas hembras cruzan el océano a lomos de la Corriente del Golfo hasta llegar a nuestras costas para dar a luz (la mayoría de los machos se quedan allá: el descanso del guerrero). Y lo notable es que algunas han almacenado los espermatóforos en su glándula nidamentaria hasta que alcanzan la madurez sexual... ¡durante el viaje!

Gráfico tomado de la extraordinaria página www.elasmo-research.org.
Tras el parto, descienden hacia las Canarias donde toman la Corriente Ecuatorial del Norte para regresar a casa. Como quien toma la AP-9 pero sin que le roben. En total, unos 15000 km.
Así pues, es probable que un buen porcentaje de las tintoreritas que vemos por aquí tengan doble nacionalidad, norteamericana y española, de modo que ojo con maltratarlas, a ver si nos van a bombardear.

CONCLUSIÓN: Nada nuevo bajo el sol. No hagáis ni caso de noticias como esta, y menos cuando están escritas con un tono tan infantiloide, sensacionalista y falto de rigor y de ecuanimidad. Nada de "superpoblación", ni de "plaga", ni mucho menos de aguas "infestadas" de tintoreras (la redactora debería recibir un curso urgente de semántica). Eso solo ocurre en las malas películas que tanto nos gustan.
En realidad, deberíamos sentirnos orgullosos y agradecidos por el regalo de poder contemplar aquí mismo, en nuestro mar, una criatura de tal belleza.

Foto: Tony Meyer.

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(1) Véase el post Noticias antiguas de tiburones.
(2) "El tiburón llega al puerto". La Voz de Galicia, 25 de mayo de 2013.


Nueva guía, nuevas especies

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Imagen tomada de la página oficial de Facebook de Sharks of the World.

Acaba de publicarse una nueva guía de tiburones: David A. Ebert, Sarah Fowler, Leonard Compagno, Marc Dando. Sharks of the World: A Fully Illustrated Guide. Plymouth: Wild Nature Press, 2013
Se trata básicamente de la actualización de la que en el 2005 publicaron Compagno y Fowler contando igualmente con las extraordinarias ilustraciones de Dando —la que fue editada en España por Omega (1), pero con diferencias más que notables. 
Cuestiones científicas aparte, el libro es una maravilla, tanto por su cuidadísima edición como por el diseño de los contenidos —textos, gráficos, dibujos, fotografías—. Esto lo convierte en uno de esos libros que uno abre por el simple placer de recorrer sus páginas, demorándose aquí y allá sin ningún objetivo concreto excepto el puro disfrute. Cuenta además con una excelente introducción donde se tratan todos los aspectos relativos al mundo de los tiburones: biología, conservación, etc., con un buen puñado de ilustraciones y fotos en color. Una gozada.
En cuanto a las novedades, pues ya os imagináis que hay unas cuantas. Al fin y al cabo, en esto de los tiburones ocho años son muchos años. Se recogen casi 60 especies nuevas (siempre respecto de la guía del 2005) y se eliminan 12. Evidentemente no aparecen las últimas especies descubiertas, como el Hemiscyllium halmahera, por loque en cierto modo puede decirse que la guía ya está un poco desfasada...¡nada más salir! Pero esto, cuando tratamos de tiburones, es ley de vida: constantemente se descubren nuevas especies y se descartan otras, de tal manera que la lista está siempre bien lejos de ser definitiva, como un horizonte inalcanzable (este es uno de los principales motivos por los queestas criaturas nos atraen tanto, nos resultan tan fascinantes: son puro misterio).
Además de las nuevas incorporaciones, también se observancambios en algunas adjudicaciones de géneros y de especies, pero muy pocos en la organización de los órdenes y de algunas familias que piden a gritos una revisión y, seguramente, una reestructuración, como en el caso de los centrofóridos (Centrophoridae, Squaliformes) o los esciliorrínidos (fam. Scyliorhinidae,Carcharhiniformes), tal vez porque todavía no existen estudios y propuestas lo bastantes sólidas y convincentes. Aun así, la gran novedad es el nacimiento de un nuevo orden de tiburones. La familia de los tiburones de clavos, Echinorhinidae, abandona el orden de los Squaliformes para formar uno propio: Echinorhinidae. Como quien al fin consigue mudarse a una casita propia.

Os he preparado una lista con las novedades más importantes de este nuevoSharks of the World: las nuevas especies que se han incorporado,así como los cambios en los géneros y las especies que figurabanen la guía del 2005, queaparecen en rojo. El asterisco detrás de un nombre indica que la especie ya no es válida y por tanto no figura aquí


HEXANCHIFORMES
   Chlamydoselachidae
     Chlamydoselachus africana <Chlamydoselachus sp. A

SQUALIFORMES
   Squalidae
     Cirrhigaleus australis
     Squalus albifrons <Squalus sp. B
     Squalus altipinnis <Squalus sp. C 
     Squalus brevirostris
     Squalus bucephalus
     Squalus chloroculus
     Squalus crassispinus <Squalus sp. D 
     Squalus edmundsi
     Squalus formosus
     Squalus grahami <Squalus sp. F 
     Squalus griffini
     Squalus nasutus<Squalus sp. E 
     Squalusnotocaudauts<Squalus sp. A 
     Squalus hemipinnis
     Squalus lalannei
     Squalus montalbani
     Squalus raoulensis
     Squalus suckleyi

   Centrophoridae
     Centrophorus seychellorum
     Centrophorus westraliensis
     Centrophorus zeehaani

   Etmopteridae

     Etmopterus burgessi
     Etmopterus compagnoi
     Etmopterus joungi
     Etmopterus sculptus
     Etmopterus sheikoi <Miroscyllium sheikoi
     Etmopterus viator

   Somniosidae

     Somniosus sp. A (*)

PRISTIOPHORIFORMES
   Pristiophoridae 
     Pristiophorus delicatus <Pristiophorus sp. B
     Pristiophorus nancyae <Pristiophorus sp. D
    Pristiophorus sp. A (*)
 
SQUATINIFORMES
   Squatinidae
     Squatina albipunctata<Squatina sp. A
     Squatina caillieti
     Squatina guggenheim <Squatina punctata
     Squatina legnota
     Squatina occulta <Squatina guggenheim 
     Squatina pseudocellata <Squatina sp. B

HETERODONTIFORMES
   Heterodontidae
     Heterodontus omanensis <Heterodontus sp. A

ORECTOLOBIFORMES
   Parascylliidae
     Parascyllium elongatum

   Brachaeluridae

     Brachaelurus colcloughi <Heteroscyllium colcloughi

   Orectolobidae

     Orectolobus floridus
     Orectolobus halei
     Orectolobus hutchinsi <Orectolobus sp. A
     Orectolobus leptolineatus
     Orectolobus parvimaculatus
     Orectolobus reticulatus

   Hemiscylliidae

     Hemiscyllium galei
     Hemiscyllium henryi
     Hemiscyllium michaeli

CARCHARHINIFORMES
   Scyliorhinidae
     Apristurus ampliceps <Apristurus sp. D
     Apristurus australis <Apristurus sp. G
     Apristurus bucephalus<Apristurus sp. F
     Apristurus melanoasper <Apristurus sp. C
     Apristurus sp. A (*)
     Apristurus sp. B (*)
     Apristurus sp. E (*)
     Asymbolus galacticus
     Atelomycterus baliensis
     Atelomycterus marnkalha
     Bythaelurus alcocki (*)
     Bythaelurus giddingsi <Bythaelurus sp. B
     Bythaelurus incanus <Bythaelurus sp. A
     Cephaloscyllium albipinnum <Cephaloscyllium sp. A
     Cephaloscyllium cooki
     Cephaloscyllium hiscosellum
     Cephaloscyllium maculatum
     Cephaloscyllium pardelotum
     Cephaloscyllium pictum
     Cephaloscyllium sarawakensis
     Cephaloscyllium signourum
     Cephaloscyllium speccum <Cephaloscyllium sp. E
     Cephaloscyllium stevensi
     Cephaloscyllium variegatum <Cephaloscyllium sp. B
     Cephaloscyllium zebrum <Cephaloscyllium sp. D
     Cephaloscyllium sp. C (*)
     Cephaloscyllium sp. (*)
     Cephalurus sp. A (*)
     Figaro boardmani <Galeus boardmani 
     Figaro striatus <Galeus sp. B
     Galeus priapus
     Halaelurus maculosus
     Halaelurus sellus
     Haploblepharus kistnasamyi<Haploblepharus sp. A 
     Holohalaelurus favus <Holohalaelurus regani (subespecie NE) 
     Holohalaelurus grennian <Holohalaelurus sp. A 
     Parmaturus albimarginatus
     Parmaturus albipenis
     Parmaturus bigus <Parmaturus sp. A
     Parmaturus lanatus

   Proscylliidae
     Proscyllium magnificum <Proscyllium sp. A

   Pseudotriakidae

     Gollum sulluensis <Gollum sp. A
     Planonasus parini<"Musolón pigmeo"

   Triakidae 
     Hemitriakis complicofasciata (librea juvenil) <Hemitriakis sp. A
     Hemitriakis indroyonoi
     Iago mangalorensis <Iago sp. A 
     Mustelus albipinnis
     Mustelus ravidus
     Mustelus stevensi <Mustelus sp. B
     Mustelus walkeri
     Mustelus widodoi
     Mustelus sp. A (*) 

   Hemigaleidae
     Hemigaleus australiensis <Hemigaleus sp. A

   Carcharhinidae 
     Carcharhinus coatesi
     Carcharhinus tjutjot
     Carcharhinus sp. A (*) 
     Glyphis fowlerae <Glyphis sp. B 
     Glyphis garricki <Glyphis sp. C 
     Glyphis sp. A (*) 
     Lamiopsis tephrodes
     Scoliodon macrorhynchos

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(1) Leonard Compagno, Marc Dando, Sarah Fowler. Guía de campo de los tiburones del mundo. Barcelona: Omega, 2006.

Los ojos de la cañabota

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Foto de Juan Ignacio (SGHN-CEMMA)

En general los tiburones tienen un sentido de la vista bastante bien desarrollado. Ven más y mejor de lo que nos creíamos.
La forma y tamaño de los ojos de cada especie varía en función de las características de su hábitat; es decir, están perfectamente adaptados al entorno que cada una ha elegido para edificar su nicho. Los de los tiburones que viven en aguas turbias como las de los ríos, donde la visión apenas es de utilidad, suelen ser muy pequeños. En cambio, los ojos de los grandes depredadores de aguas más someras e iluminadas, donde el campo de visión se amplia considerablemente, tienden a ser más grandes y sofisticados, y algunos muy parecidos a los de los mamíferos. En ellos podemos distinguir un iris y una pupila capaz de dilatarse y contraerse para regular la cantidad de luz que entra hacia la retina, como hemos visto en Los ojos del tiburón blanco.

En cambio, los tiburones que habitan la perpetua penumbra de las aguas profundas poseen unos grandes ojos verdes, fluorescentes, diseñados para captar la más mínima radiación lumínica procedente de la lejana superficie. Son ojos extraños, fríos, como de otro mundo. Pero llenos de misterio y belleza.


Foto de Juan Ignacio (SGHN-CEMMA).
Esta hembra de 4,5 m fue capturada en Camariñas en 2006.

Para saber más de este extraordinario tiburón, os invito a visitar el post Cañabota (Hexanchus griseus).

Reproducción V: Viviparismo aplacentario

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[En el tercer capítulo de esta serie dedicada a la reproducción hablábamos de la fecundación y señalábamos las tres estrategias reproductivas básicas de los tiburones: oviparismo, viviparismo aplacentario y viviparismo placentario. De la primera ya nos ocupamos en el capítulo anterior. Hoy vamos con la segunda.]

Extrayendo las 31 crías que llevabaesta cañabota de 4,5 m capturada en Camariñas. Foto: Juan Ignacio (SGHN-CEMMA)
El viviparismo aplacentario u ovoviviparismo es en cierto modo una especie de extensión del oviparismo (1). La diferencia es que los óvulos fecundados no se guardan en una cápsula protectora y se expulsan al exterior en una puesta, sino que se incuban dentro del seno materno; una vez los embriones alcanzan el grado óptimo de desarrollo, se produce el parto. No existe ningún tipo de conexión placentaria entre el embrión y la madre (a diferencia del viviparismo placentario, que veremos en el siguiente capítulo). Es el sistema reproductivo más extendido, seguido por cerca del 50% de las especies.

En vez de una cubierta córnea, los óvulos fecundados se envuelven en una sustancia serosa segregada por la glándula nidamentaria, formando como un paquetito la vela—, que puede contener hasta cuatro, y se trasladan al útero. Al cabo de un tiempo el "envoltorio" se reabsorbe y la gestación continúa hasta llegar a término.

Velas de una mielga (Squalus acanthias). Los números indican el número de embriones.
Imagen tomada de la extraordinaria página del Canadian Shark Research Laboratory.
El viviparismo aplacentario no es una modalidad reproductiva uniforme. Según el tipo de alimentación que sigue el embrión durante la gestación, se distinguen dos grandes líneas de desarrollo, una lecitotrófica (el embrión se alimenta únicamente del vitelo contenido en el saco) y otra matrotrófica (la madre interviene en la alimentación de los pequeños con un aporte extra de alimentos).

1) Viviparismo aplacentario con saco vitelino (viviparismo lecitotrófico): Como acabamos de explicar, los embriones dependen exclusivamente de las reservas de alimento que contiene el saco vitelino, conectado a su sistema digestivo a través de un conducto que se inserta entre sus aletas pectorales. Una vez agotadas las reservas y absorbido el saco, se produce el parto.
Este sistema lo siguen aproximadamente un 25% de las especies: Hexanchiformes como el tiburón anguila (Chlamydoselachus anguineus) o la cañabota (Hexanchus griseus), Echinorhiniformes como el tiburón de clavos (Echinorhinus brucus), Squaliformes como la mielga (Squalus acanthias) o el negrito (Etmopterus spinax), Squatiniformes como el angelote (Squatina squatina), Orectolobiformes como el tiburón ballena (Rhincodon typus) o la gata nodriza (Ginglymostoma cirratum), Carcharhiniformes como el cazón (Galeorhinus galeus) o las musolas (Mustelus spp.), etc.

Mielga (Squalus acanthias). Foto: David Csepp, NMFS/AKFSC/ABL a través de Wikimedia Commons.
2) Viviparismo aplacentario matrotrófico: En algunas especies las madres intervienen directamente en la alimentación de sus retoños. Son mamás a la vieja usanza que han encontrado una fórmula para que no se queden con hambre cuando se terminan todo lo que hay en el saco vitelino. Se trata de un aporte extra de alimento en forma de una buena cantidad de óvulos no fecundados. Se aseguran así de que las crías van a nacer bien talluditas y mejor formadas, con mejores garantías de supervivencia. Este sistema se conoce con el nombre de oofagia u ovofagia.

Estos tres embriones de cailón (Lamna nasus) y huevos no fecundados encontrados en una hembra de 249 cm (foto: Richard Lord)
En algunos casos extremos, en cada útero sólo se deposita un único óvulo fecundado; el resto son infértiles, o sea, comida.
Los embriones oófagos presentan unos característicos estómagos hinchados. Esto se debe a la cantidad de vitelo que se han metido entre pecho y espalda, como el pequeño marrajo de la foto (en inglés se le conoce justamente como yolk stomach, 'estómago de vitelo').

Embrión de marrajo (Isurus oxyrinchus), de casi 50 cm. Foto: T. Carter, CSIRO
Entre las especies que han desarrollado este sistema se encuentran la gran mayoría de los Lamniformes, como el peregrino (Cethorhinus maximus), el zorro marino (Alopias vulpinus), el zorro negro (Alopias pelagicus), el tiburón duende (Mitsukurina owstoni), el marrajo (Isurus oxyrinchus), el tiburón blanco (Carcharodon carcharias), el cailón (Lamna nasus), etc., y también algunos Carcharhiniformes como el musolón (Pseudotriakis microdon).

3) Viviparismo aplacentario con oofagia y canibalismo intrauterino: Este es un caso verdaderamente extremo. Los embriones no sólo se se alimentan del saco vitelino y de los óvulos no fecundados que les ponen sus mamás: también se comen a sus hermanos más pequeños y débiles, normalmente hasta que se quedan solos en su respectivo útero. Este sistema se conoce también como adelfofagia o embriofagia. Se descubrió por casualidad en 1948 cuando un científico que examinaba un útero de una hembra grávida de tiburón toro (Carcharias taurus) recibió un buen mordisco en un dedo.
Tiburón toro (Carcharias taurus). Foto: Ken Bondy
Recientemente se ha podido comprobar que si bien las hembras de esta especie pueden aparearse con varios machos, las crías que finalmente sobreviven y nacen (una por cada útero) muy a menudo son del mismo padre. De lo que se deduce que seguramente procedan de los óvulos fecundados durante la primera cópula: al ser los primeros en eclosionar, los embriones son también los más grandes, y capaces, por tanto, de merendarse a sus hermanos pequeños. Es una forma como otra cualquiera de que un macho logre que sus genes sean los que finalmente se perpetúen a través de su descendencia: ser el primero.

Estas capturas de pantalla muestran un embrión de tiburón toro atacando a uno de sus hermanos dentro del útero materno. Podéis acceder al vídeo pinchando aquí.
Además del Carcharias taurus, el canibalismo intrauterino posiblemente se dé en otras especies como, por lo que sabemos hasta el momento, el marrajo negro (Isurus paucus) o el tiburón cocodrilo (Pseudocarcharias kamoharai).

Períodos de gestación: La gestación de las especies vivíparas aplacentarias es muy variable. Va desde los 9 meses hasta los casi tres años, según se sospecha, del tiburón anguila (Chlamydoselachus anguineus) (2). El récord oficial, digamos, todavía sigue en manos de la mielga (Squalus acanthias), con 24 meses, el más largo de todos los vertebrados. Por supuesto, mientras no se confirmen definitivamente otras hipótesis.

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(1) De hecho, algunas especies muestran un comportamiento reproductivo que podríamos calificar a medio camino entre el oviparismo y el viviparismo aplacentario. Es el caso de las especies del género Halaelurus (fam. Scyliorhinidae), que retienen las cápsulas-huevo dentro de los oviductos hasta que los embriones están bien desarrollados, a punto de eclosionar.
(2) Ver Tiburón anguila (Chlamydoselachus anguineus).
ollowing is a list of all sharks in which intrauterine cannibalism has been documented, or for which exists strong circumstantial evidence: - See more at: http://www.supportoursharks.com/en/Education/Biology/Reproduction/Ovoviviparity.htm#sthash.DrwVG46M.dpu
Following is a list of all sharks in which intrauterine cannibalism has been documented, or for which exists strong circumstantial evidence:

            Family Ginglymostomatidae
                  Tawny Nurse Shark (Nebrius ferrigineus)

            Family Carchariidae
                  Sandtiger Shark (Carcharias taurus)
            Family Pseudocarchariidae
                  Crocodile Shark (Pseudocarcharias kamoharai)
            Family Alopiidae
                  Pelagic Thresher Shark (Alopias pelagicus)
                  Bigeye Thresher Shark (Alopias superciliosus)
                  Common Thresher Shark (Alopias vulpinus)
            Family Cetorhinidae
                  Basking Shark (Cetorhinus maximus)
            Family Lamnidae
                  Salmon Shark (Lamna ditropis)
                  Porbeagle (Lamna nasus)
                  White Shark (Carcharodon carcharias)
                  Shortfin Mako (Isurus oxyrinchus)
                  Longfin Mako (Isurus paucus)

            Family Pseudotriakidae
                  Slender Smoothhound Shark (Gollum attenuatus)
                  False Catshark (Pseudotriakis microdon
- See more at: http://www.supportoursharks.com/en/Education/Biology/Reproduction/Ovoviviparity.htm#sthash.DrwVG46M.dpuf
Until quite recently, intrauterine cannibalism was thought to be restricted to lamnoid sharks. This grisly form of within-the-womb nutrition is now known from two carcharhinoids and even one orectoloboid.
Following is a list of all sharks in which intrauterine cannibalism has been documented, or for which exists strong circumstantial evidence:

            Family Ginglymostomatidae
                  Tawny Nurse Shark (Nebrius ferrigineus)

            Family Carchariidae
                  Sandtiger Shark (Carcharias taurus)
            Family Pseudocarchariidae
                  Crocodile Shark (Pseudocarcharias kamoharai)
            Family Alopiidae
                  Pelagic Thresher Shark (Alopias pelagicus)
                  Bigeye Thresher Shark (Alopias superciliosus)
                  Common Thresher Shark (Alopias vulpinus)
            Family Cetorhinidae
                  Basking Shark (Cetorhinus maximus)
            Family Lamnidae
                  Salmon Shark (Lamna ditropis)
                  Porbeagle (Lamna nasus)
                  White Shark (Carcharodon carcharias)
                  Shortfin Mako (Isurus oxyrinchus)
                  Longfin Mako (Isurus paucus)

            Family Pseudotriakidae
                  Slender Smoothhound Shark (Gollum attenuatus)
                  False Catshark (Pseudotriakis microdon)
- See more at: http://www.supportoursharks.com/en/Education/Biology/Reproduction/Ovoviviparity.htm#sthash.DrwVG46M.dpuf

Claves de los Lamniformes

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Tiburón blanco (Carcharodon carcharias) fotografiado en Guadalupe por Jorge Cervera Hauser.
El orden Lamniformes está compuesto por un total de siete familias: Mitsukurinidae, Alopiidae, Megachasmidae, Pseudocarchariidae, Odontaspididae, Cetorhinidae, y Lamnidae, algunas de las cuales, dadas sus singulares características, difícilmente susceptibles de confusión. El tiburón duende (Mitsukurinidae) o los zorros marinos (Alopiidae) son un buen ejemplo de ello. Seguramente no nos hace falta un post para saber identificarlos, aunque sí, en mi opinión, para aprender más sobre ellos. ¿Cómo? Pues recorriendo el camino inverso, es decir, observando no sólo qué rasgos morfológicos sirven para individualizarlos, sino también cuáles los constituyen como parte de un mismo grupo. Como los jugadores de un equipo de fútbol: cada uno de su padre y de su madre, pero todos con la misma camiseta. Tal es el sentido de este pequeño artículo.

Partimos del post Claves de los nueve órdenes de tiburones para recordar los rasgos morfológicos distintivos de los Lamniformes: aleta anal presente; cuerpo cilíndrico con cinco pares de largas aberturas branquiales en posición lateral; ojos sin membrana nictitante situados delante de la boca; dos aletas dorsales sin espinas; espiráculos diminutos situados bien detrás de los ojos; narinas sin barbillones, etc. Otros rasgos menos evidentes son su modalidad reproductiva (viviparismo aplacentario con oofagia y, en algún caso, canibalismo intrauterino), su válvula intestinal de forma anular, etc.
Y ahora veamos qué elementos caracterizan a cada una de las familias, analizando aspectos como la aleta caudal, el morro, la boca y los ojos. El primero nos va a permitir establecer dos grandes bloques: por un lado el de los tiburones que tienen la cola heterocerca o asimétrica (lóbulos desiguales en tamaño) y, por el otro, los que la tienen homocerca o simétrica (lóbulos más o menos del mismo tamaño), correspondiente a las familias Lamnidae y Cetorhinidae.
Como el primer bloque es demasiado amplio, deberemos considerar otros rasgos como la forma y longitud del morro (Mitsukurinidae y los demás), el tamaño del lóbulo superior caudal (Alopiidae y los demás), tamaño y posición de la boca (Megachasmidae y los demás), tamaño de los ojos y aberturas branquiales, presencia o ausencia de fosetas precaudales, etc.
A ver si conseguimos no liar mucho las cosas.

[El asterisco (*) indica que la familia no está presente en nuestras aguas.]


A. ALETA CAUDAL HETEROCERCA o ASIMÉTRICA

- a.1. Aleta caudal muy larga, tanto o más que la longitud corporal. Morro corto y cónico. Familia ALOPIIDAE.

Zorro negro (Alopias superciliosus). Foto tomada de la página icmbio.gov.br.

- a.2. Morro muy largo y aplanado dorsoventralmente. Sin fosetas precaudales. Caudal alargada, pero dentro de la "normalidad". Aleta anal más larga que las dorsales. Lóbulo inferior caudal casi inexistente. Familia MITSUKURINIDAE. 
 
Tiburón duende (Mitsukurina owstoni).

> a.3. Morro corto, cónico o ligeramente aplanado. Caudal de tamaño "normal". Pedúnculo con fosetas precaudales superiores y, en algunos casos, también inferiores. Anal casi igual o inferior en tamaño a las dorsales.


- - a.3.1. Boca enorme en posición terminal, al mismo nivel que el morro. Cabeza también muy grande. Branquispinas en los arcos branquiales. Familia MEGACHASMIDAE (*).


Tiburón boquiancho (Megachasma pelagios). Foto de Bruce Rasner.

>> a.3.2. Boca más pequeña en posición subterminal. Sin branquispinas en los arcos branquiales.

- - - a.3.2.1. Ojos muy grandes. Aberturas branquiales largas, extendiéndose hacia la parte superior de la cabeza. Fosetas precaudales superior e inferior. Quillas bajas en el pedúnculo caudal. Familia PSEUDOCARCHARIIDAE(*).

Tiburón cocodrilo (Pseudocarcharias kamoharai). Foto: raulsinho r, tomada de FishBase.

- - - a.3.2.2. Ojos pequeños o relativamente pequeños. Aberturas branquiales no extendidas hacia la parte superior de la cabeza. Sin foseta precaudal inferior. Sin quillas en el pedúnculo caudal. Familia ODONTASPIDIDAE.

Solrayo (Odontaspis ferox). Foto: Francis Pérez.

B. ALETA CAUDAL HOMOCERCA o SIMÉTRICA

- b.1. Gran número de dientes diminutos. Aberturas branquiales enormes, casi rodeando la cabeza. Branquispinas en los arcos branquiales que pueden desprenderse. Familia CETORHINIDAE.
 
Peregrino (Cetorhinus maximus). Foto: Mark Harding.


- b.2. Pocos dientes, pero grandes y afilados. Aberturas branquiales no tan largas como para extenderse sobre la cabeza. Sin branquispinas. Familia LAMNIDAE.


Marrajo (Isurus oxyrinchus). Foto de Pierre Couillaud.

Angelote (Squatina squatina)

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Foto: Alianza Tiburones Canarias.


Angelote

Squatina squatina (Linnaeus, 1758)

(es. Angelote, pez ángel; gal. Peixe anxo, xelote; in. Angelshark, monk fish; port. Anjo, tubarao-anjo, peixe-anjo)

Orden: Squatiniformes
Familia: Squatinidae


Un angelote puede definirse como un tiburón que acaba de ser espachurrado por una apisonadora. Su cuerpo aplanado nos remite inmediatamente al grupo de las rayas, aunque si nos fijamos un poco, enseguida encontramos rasgos que desmienten esa primera impresión. Fundamentalmente las aberturas branquiales, que están en posición lateral, no ventral (1). También el borde anterior de las aletas pectorales, que no está soldado a la cabeza en su totalidad, sino que es libre, extendiéndose hacia delante por encima de las aberturas branquiales. Puede decirse que los Squatina están a medio camino entre los tiburones y los batoideos. Pero son tiburones.
El orden de los Squatiniformes está formado por una sola familia, Squatinidae, que cuenta con un único género, Squatina. En total, de momento, son 20 las especies descritas... más unas cuantas más pendientes de bautizo. De ellas sólo una está presente, al menos teóricamente, en nuestra costa; en el resto del litoral español figuran otras dos, también teóricamente: el angelote espinoso (Squatina aculeata) y el pez ángel (Squatina oculata).
¿Por qué digo teóricamente? Pues porque estamos ante el orden de tiburones con mayor riesgo relativo de extinción según la Lista Roja de la IUCN. Salvo un par de especies, catalogadas como "Preocupación menor", la mitad de las demás se encuentran bien amenazadas, bien en peligro crítico. De las restantes una está casi amenazada y al menos cuatro son vulnerables; finalmente, de un buen puñado no poseemos información suficiente, pero no se descarta que puedan entrar en la lista negra una vez llegue a nosotros. Por supuesto, los tres Squatina que (teóricamente) habitan aguas españolas se encuentran en Peligro Crítico. Por qué será.
Foto: Alianza Tiburones Canarias.

Descripción: Como hemos visto, el cuerpo del angelote es alargado y aplanado dorsoventralmente, como el de las rayas. La cabeza y el tronco son bastante anchos, de piel áspera y con pequeñas espinas en el morro y entre los ojos. Los pliegues laterales de la cabeza presentan un sólo lóbulo lateral triangular. La boca y las narinas se encuentran en posición terminal; los pequeños ojos y los enormes espiráculos, en la superficie dorsal. Los barbillones nasales son simples, lisos y con ápices rectos o espatulados; las solapas nasales anteriores son lisas o un poco festoneadas.
Pectorales altas y anchas, relativamente cortas, de extremos posteriores redondeados. La primera dorsal se origina sobre el extremo posterior de las aletas pelvianas. Sin aleta anal.
En cuanto a su librea, el angelote tiene el dorso de color grisáceo a pardo oliváceo, con manchas oscuras dispersas y bandas claras también más o menos dispersas. Sin ocelos. Puede aparecer una mancha blanca en la nuca. Las pectorales tienen una característica banda oscura transversal. Los individuos jóvenes pueden presentar un diseño con retículas blancas y grandes manchas oscuras.

Dentición: Dientes similares en las dos mandíbulas: pequeños y lisos, de base ancha y una sola cúspide recta, estrecha y afilada. Suele haber unas 10 filas de dientes por hemimandíbula, con más de una hilera funcional.

Talla: La longitud máxima registrada para los machos ha sido de 183 cm; para las hembras, posiblemente de 244 cm. Al nacer miden entre 25-30 cm. Los machos alcanzan la madurez sexual entre los 80-100 cm; las hembras, entre los 126-167 cm.

Reproducción: Vivíparo aplacentario (ovovivíparo) lecitotrófico. Las camadas suelen ser de entre 7-25 crías, en función de la talla de la madre. La gestación dura de 8 a 10 meses, tras los cuales las hembras se aproximan a las aguas someras próximas a la costa para dar a luz. En el Mediterráneo los partos suelen producirse desde diciembre a febrero. En el Atlántico, en cambio, parece que se retrasan hasta los meses de verano.

Dieta: Principalmente peces planos, rayas, crustáceos y cefalópodos. Aunque en sus estómagos también se han encontrado restos de otras especies de teleósteos no planos como la pescadilla (Merluccius merluccius), el peón (Argentina sphyraena) o la breca (Pagellus erythrinus). Alguno incluso se ha atrevido (con éxito) con un cormorán.

La técnica de caza se basa en la emboscada, en el ataque por sorpresa: el tiburón aguarda inmóvil, semienterrado en el fango o la arena, perfectamente camuflado, hasta que una presa se pone a tiro.

A veces, el concepto "semienterrado" se toma al pie de la letra.
Fotos: Alianza Tiburones Canarias.

Entonces, como si se hubiese accionado el gatillo de una ballesta, se lanza a toda velocidad sobre su víctima, que desaparece engullida por una enorme boca salida de no se sabe dónde.

Foto: Alianza Tiburones Canarias.
Hábitat y distribución: El angelote es un tiburón bentónico. Se encuentra en los fondos preferentemente arenosos o fangosos de la plataforma desde los 5 hasta más allá de los 150 m. Algunos autores señalan los 300 m como cota máxima, otros los 400 m (2).
Es una especie de hábitos nocturnos. Durante la noche es más activa, se la puede observar nadando vigorosamente a lo largo del fondo; mientras que por el día permanece quieta, enterrada en el fango, la arena o entre las algas, y sus movimientos son más torpes.

Fuente: Wikipedia.
Se encuentra en el Atlántico nororiental, desde Noruega hasta Mauritania e islas Canarias. También está presente en el Mediterráneo y en el Mar Negro. Si bien es más que probable que en muchas áreas haya desaparecido por completo.
En las regiones más septentrionales puede realizar migraciones de caraćter estacional, trasladándose hacia el norte en verano.

Pesca y estatus: No es una especie de gran importancia comercial, pero su hábitat está sujeto a una fortísima presión pesquera que no ha parado de crecer, con buques de mayor potencia y capacidad pesquera... y un triste etc. Ha sido presa fácil de artes como el trasmallo, la volanta, el palangre de fondo y, sobre todo, el terrible arrastre, hasta el extremo de que sus poblaciones han sufrido una descomunal caída en picado durante estos últimos 50 años.
Si a comienzos del siglo XX era una especie relativamente común en el Atlántico nororiental, en las costas británicas, francesas y españolas, hoy en día casi ha desaparecido. De hecho, en el Mar del Norte se le considera prácticamente extinguido. Solo en las Islas Canarias parece mantenerse todavía una población más o menos estable... ignoramos por cuánto tiempo, puesto que, entre otras cosas, todavía quedan miserables que continúan capturándolos (y por si fuera poco exhibiendo sus proezas en las redes sociales) pese a estar terminantemente prohibido.
Situación parecida es la del Mediterráneo, con la excepción, tal vez, de algunas zonas como la costa de Túnez.
A la luz de todos estos datos, el angelote figura en la Lista Roja de la IUCN con el estatus de En peligro crítico. Al borde de la extinción.

Foto: Alianza Tiburones Canarias.
Nuestro Squatina squatina está protegido por diversos convenios internacionales como la Wildlife and Countryside Act inglesa, el Convenio de Berna para la Conservación de la vida salvaje y el medio natural de Europa, la Convención de Barcelona, el Convenio OSPAR sobre la protección del medio ambiente marino... Desde el 2012 su captura está terminantemente prohibida en toda la UE. No sé si toda esta parafernalia no habrá llegado demasiado tarde. 


[Mi agradecimiento a los amigos de Alianza Tiburones Canarias por la amable (y entusiasta) cesión de sus fotografías. Particularmente a Marta Romero, de Buceo Pandora, y también a Fernando Reis. Ojalá puedan seguir disfrutando de estos bellísimos animales en su medio natural... y que nos los sigan contando a través de sus extraordinarias fotografías.]
________________________________
(1) Compárese estas dos imágenes. La primera es una vista ventral de una raya de clavos (Raja clavata); la segunda corresponde a un angelote americano (Squatina dumeril), donde se pueden apreciar las aberturas branquiales en posición lateral semicubiertas por los bordes anteriores libres de las aletas pectorales.
Foto: Biopix: JC Schou

Foto de George Burgess tomada de la página del FLMNH.
(2) Barrull y Mate (2002) señalan 300 m, mientras que Moreno (1995) 400 m.

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El tiburón, mejor fuera del plato

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Filetes de marrajo (Isurus oxyrinchus) a la venta en una pescadería. Foto: Isaías Cruz.

1. El tiburón más peligroso es el tiburón muerto.
Los tiburones son más peligrosos en el plato que en el océano, muertos y cocinados que vivitos y coleando; o si lo preferís, abundando en la paradoja (que lo es sólo en apariencia), cuando son comidos más que cuando son ellos quienes salen a comer.
Cada vez se publican más estudios que alertan de la presencia de contaminantes en diversos organismos marinos. Y no cualquier tipo de contaminantes. Hablamos de plásticos, de hidrocarburos, de pesticidas, de DDTs, de PCBs (1), así como de mercurio y otros metales pesados, que se encuentran en concentraciones cada vez más elevadas en los tejidos de especies que, por si fuera poco, nos sirven de alimento.
El caso de los túnidos y de los tiburones es particularmente grave, al tratarse de animales en general de gran talla que se encuentran en lo más alto de la red trófica marina, desde donde recogen, como si aplicasen la boca al caño de un desagüe, todos los contaminantes que sus presas más pequeñas han ido acumulando a lo largo de sus cortas o largas vidas. Existe una relación proporcionalmente directa entre el tamaño y la posición en la red trófica de un determinado organismo y el grado de acumulación de sustancias tóxicas en su interior (2). O sea, comerse a un súper depredador es jugar a la ruleta rusa.

2. El circuito del envenenamiento.
Toda la porquería que lanzamos al mar en un momento u otro nos va a ser devuelta, y además de la peor manera posible: nos la vamos a comer, con patatas o si ellas, y además concentrada.
Todas estas sustancias altamente tóxicas llegan al océano bien de forma directa, en los vertidos de residuos urbanos e industriales sin tratar y en los procedentes de las distintas actividades a bordo de los buques, como la limpieza de tanques, etc.; o bien, de forma indirecta, por lixiviación, transportadas por las corrientes, el aire, los ríos, y otro etc. Por otro lado, la presencia de contaminantes como el mercurio en el medio marino no es atribuible exclusivamente a factores antropogénicos, sino naturales, como la actividad volcánica.
Foto: Greenpeace.
Una vez disueltos en el agua, la incorporación de estos productos tóxicos a la cadena trófica es inevitable y sencilla. Puede hacerse, por ejemplo, por ingesta directa o por absorción a través de las branquias. Algunos organismos no tienen capacidad metabólica para eliminarlos, a consecuencia de lo cual se acumulan dentro de su cuerpo hasta llegar a alcanzar concentraciones superiores incluso a la del medio (bioacumulación). Una forma particular de bioacumulación es la llamada biomagnificación, cuya consecuencia es que un organismo lleva encima la carga contaminante de sus presas y de las presas de sus presas. El pez chiquito contaminado sirve de comida, solo o acompañado de un puñado de congéneres —también contaminados—, a un pez un poco mayor, el cual, igualmente solo o acompañado por unos cuantos colegas—contaminados, será devorado por otro más grande, quien finalmente acabará como ingrediente de la papilla alimentaria "metalizada" contenida en el estómago de un atún rojo o de un cailón. Las concentraciones de elementos tóxicos en los organismos más próximos a la base de la cadena alimentaria son así inferiores a las de aquellos que se encuentran en o cerca del otro extremo.
Pero los venenos llegan también por vía materna, como han venido a demostrar, entre otros, recientes estudios sobre crías de un año de diferentes especies de lamniformes como el marrajo (Isurus oxyrinchus), el tiburón blanco (Carcharodon carcharias), el cailón salmonero (Lamna ditropis) o el zorro (Alopias vulpinus) (3): sus elevadas tasas de mercurio, PCB, etc., sólo podían explicarse si habían llegado hasta ellas dentro del seno materno. Herencia envenenada propiamente dicha.
Como ya os podéis imaginar, todo este circuito letal se cierra cuando el pez ultracontaminado cae en una red o un anzuelo, y de ahí pasa al estómago, el cerebro, el hígado y las más diversas vísceras del ser humano que lo consume.

Ciclo del mercurio. Fuente: Wikimedia.
3. Unos cuantos casos que dan que pensar.
El 30 de noviembre pasado Helmut Nickel publicaba en Shark Year Magazine un interesante artículo en el que recopilaba 34 notificaciones sobre productos de tiburón realizadas por diferentes países de le EU entre febrero del 2012 y el 11 de septiembre de este año en el marco del Sistema Europeo de Alerta Rápida para Comida y Piensos (RASFF, en sus siglas en inglés). Y los datos son sobrecogedores. Para que os hagáis una idea, si en la UE el nivel máximo de mercurio permitido es de 1 mg/kg de peso húmedo, en un marrajo procedente de España se encontró la increíble cifra de 8,61 mg/kg. Recordemos que el mercurio, particularmente el metilmercurio, es una potente neurotoxina con efectos gravísimos e irreversibles en los fetos y los niños. Aquí tenéis los datos, que he agrupado por especies (entre paréntesis el país de origen de cada partida):

   Marrajo (Isurus oxyrinchus): Contaminación por mercurio

     -8,61 mg/kg en rodajas congeladas (España).
     -5,6 mg/kg en producto congelado (Japón vía España).
     -5,47 mg/kg en rodajas congeladas (Singapur).
     -3,7 mg/kg en producto descongelado (España).
     -3,5 mg/kg en producto congelado (España).
     -3,5 mg/kg en descongelado (España).
     -2,6 mg /kg en producto refrigerado (España).
     -2,4 mg/kg en congelado (España).
     -1,2 mg/kg en congelado (España).
     -1,15 mg/kg en producto refrigerado (España).
     -1,15 mg/kg en congelado (España).

   Tintorera (Prionace glauca): Contaminación por mercurio

     -3,33 mg/kg en filetes congelados (España).
     -2,6 mg/kg en congelado en (España).
     -1,89 mg/kg en congelado (España).
     -1,6 mg/kg en rodajas congeladas (España).
     -1,58 mg/kg en congelado (Vietnam).
     -1,4 mg/kg en congelado (Vietnam).
     -1,389 mg/kg en congelado (España).
     -1,35 mg/kg en congelado (Vietnam).
     -1,3 mg/kg en congelado (China).
     -1,3 mg/kg en congelado (España).
     -1,3 mg/kg en congelado (Vietnam).
     -1,25 mg/kg en congelado (Portugal).
     -1,159 mg/kg en filetes congelados (Ecuador).

   Pintarroja (Scyliorhinus canicula): Contaminación por mercurio

     -2,3 mg/kg en producto refrigerado (España).
     -1,903 mg/kg en producto refrigerado (Croacia).

La lista incluye cuatro notificaciones de cargamentos de mielga (Squalus acanthias) importados de los EEUU con altas concentraciones de PCBs, y una de un Squalus sin identificar procedente de Malta con 2,1 mg/kg de mercurio. Igualmente dos partidas de tiburón lechoso (Rhizoprionodon acutus) que venían de Yemen con 0,76 mg/kg y 0,67 mg/kg de cadmio.
Por último un dato que no sabría si calificar de gracioso o de deprimente: la noticia de un cargamento de 1200 kg de filete congelado de megalodón procedente de China (no es broma, en la etiqueta figuraba su nombre científico y todo: Carcharocles megalodon) que se pretendía hacer entrar en Italia. Como es natural, las autoridades rechazaron la importación y la partida fue destruida.

Marrajos y tintoreras están entre las especies más contaminadas, independientemente de su procedencia y del sistema de conservación, congelados o refrigerados.(4)

Foto: Isaías Cruz.
4. Conclusiones.
Primera: No comáis carne de tiburón, particularmente de marrajo y de tintorera. Además de cuidar vuestra salud y la de los vuestros (mucho ojo con los niños y las mujeres que están embarazadas, creen estarlo o lo estén buscando), dejaréis de ser partícipes del sangriento proceso que está empujando a muchas poblaciones de estos animales al borde del colapso.
Segunda: Si no podéis o no deseáis prescindir totalmente de ello, es recomendable moderar el consumo de tiburón y de otras especies como los túnidos. Es también recomendable que consultéis a un especialista (desconfiad siempre de la palabra de los políticos) sobre dosis recomendables, etc., aunque en la red también es posible encontrar información rigurosa. (5)

5. Una más: ¿Spain is different también en esto?
Dos datos: Primero, el 47 % del total se referían a tiburones procedentes de nuestro país; segundo, la inmensa mayoría de las notificaciones fueron emitidas por autoridades italianas.
El primero en si mismo ni es una novedad, ni debería ser preocupante, al fin y al cabo somos la primera potencia pesquera de Europa. En cuanto al segundo, alguien podría aducir que lo que les pasa a los italianos es que nos tienen envidia cochina (un modo de ver las cosas típicamente español).
Pero, claro, uno no deja de pensar que aquí también nos comemos los tiburones que pescamos... y llama bastante la atención que no haya habido ni una sola notificación emitida por España...
... Y así resulta que teniendo en cuenta el modo en que nuestros políticos se han preocupado tradicionalmente por la salud (y el bolsillo) de sus votantes... estos datos tomados en su conjunto le ponen a uno los pelos de punta.
Está claro: EL TIBURÓN, MEJOR FUERA DEL PLATO.


[Más información sobre el consumo de tiburones, el consumo no deseado, en el post El tiburón que nos comemos sin querer.]
____________________
(1) Los policlorobifenilos (PCBs) son compuestos sintéticos altamente tóxicos que se emplean como refrigerantes y lubricantes en transformadores y otros equipos eléctricos, como fluidos hidráulicos, etc. Pueden provocar "disfunciones inmunitarias, neurológicas, alteraciones hormonales, del desarrollo, trastornos neuroconductuales, etc., también están clasificados como posibles carcinógenos humanos y tóxicos en la reproducción." Véase página del Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes (PRTR España). 
(2) Como ejemplo, un artículo que acabo de encontrar sobre la presencia de mercurio en peces de la zona norte del Golfo de México, alerta de altas concentraciones de mercurio (entre 1,08-10,52 ppm) en la aguja azul (Makaira nigricans), la bacoreta (Euthynnus alleteratus) y diversas especies de jaquetones del género Carcharhinus.
Yan Cai, Jay R. Rooker et al. "Bioaccumulation of mercury in pelagic fishes from the northern Gulf of Mexico". Canadian Journal of Fisheries and Aquatic Sciences, febrero 2007; 64(3), pp. 458-469.
Es también recomendable la lectura del informe del Biodiversity Research Institute y el IPEN, de enero de este año, titulado Global Mercury Hotspots: New Evidence Reveals Mercury Contamination Regularly Exceeds Health Advisory Levels in Humans and Fish Worldwide ['Pruebas recientes revelan que en todo el mundo la contaminación por mercurio sobrepasa regularmente los niveles aconsejables para la salud en las personas y en los peces'].
(3) Véase estos dos trabajos de libre acceso; el primero centrado en PCBs y DDT, y el segundo en PCBs, DDT y mercurio:
-Christopher G. Mull, Kady Lyons, Mary E. Blasius et al. "Evidence of Maternal Offloading of Organic Contaminants in White Sharks (Carcharodon carcharias)."PloS ONE 8(4): E62886, 2013.
-Kady Lyons, Aaron Carlisle, Antonella Preti et al. "Effects of trophic ecology and habitat use on maternal transfer of contaminants in four species of young of the year lamniform sharks."Marine Environmental Research, 90 (2013), pp. 27-38.
(4) Por supuesto, no sólo figuran los tiburones entre las especies más contaminadas. A modo de ejemplo, ved esta lista de récords en los niveles de mercurio:
     -Marlin o pez vela no identificado (fam. Istiophoridae): 7,4 mg/kg
     -Pez espada (Xiphias gladius): 4,95 mg/kg.
     -Seriola no identificada (Seriola sp.): 2,65 mg/kg
     -Atún no identificado (Thunnus sp.): 1,7 mg/kg
     -Meluza del Cabo (Merluccius capensis): 1,56 mg/kg
     -Escolar (Lepidocybium flavobrunneum): 1,36 mg/kg 
(5) A quienes todavía no tengan claro el asunto, les propongo la siguiente reflexión: ¿alguien se animaría a tomar con toda tranquilidad unas chuletitas o un plato de callos hechos con alguno de estos cerdos? Y sobre todo, ¿dejaríais que vuestros hijos lo hicieran?


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La broma macabra del nuevo finning

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Imagen tomada del foro de Blogtiburones.

Parece una broma macabra, pero no lo es. La Interpol ha emitido una comunicación a todos sus miembros alertando sobre una nueva forma de finning o aleteo diseñada para sortear las leyes que lo prohíben en un creciente número de países obligando a descargar los tiburones con las aletas adheridas al cuerpo de forma natural.
Pues bien, la imagen explica con toda la crueldad del detalle en qué consiste este nuevo sistema: se trata de mantener la mínima tira de piel y espina dorsal que puedan sostener, "de forma natural", las aletas. El resto del animal se sigue devolviendo al mar. Todo muy burdo, pero sangriento y brutal.

Según explica el periódico El Comercio, del 6 de noviembre: "El caso fue descubierto por el Servicio Nacional de Aduanas de Costa Rica y fue presentado por el Jefe de la Oficina Central Nacional de Interpol (OCN) en San José en la segunda reunión del Grupo de Trabajo de INTERPOL sobre Delitos Pesqueros, que comenzó en Nairobi (Kenia) el lunes 4 de noviembre".

Esperemos que las autoridades competentes de todos los países tomen nota.

Fotografía tomada de wildlifenews.co.uk


[La información procede del Foro de Blogtiburones.]

Ataque mortal en Fisterra, 1908

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Tiburón blanco (Carcharodon carcharias) en una gran fotografía de Isaías Cruz.

Ocurrió en agosto de 1908 cerca del cabo Fisterra. La víctima fue el tripulante de un vapor de la naviera británica P&O (Peninsular and Oriental Steam Navigation Company) que por motivos desconocidos se cayó al mar y acabó siendo devorado por un tiburón que, según testimonio de los pasajeros, llevaba varios días siguiendo el barco.

Esta es es la noticia completa (1). Está fechada el 28 de agosto de 1908, pero no salió publicada hasta el 14 de octubre en el Poverty Bay Herald. La traducción, como siempre, es mía (no es muy allá, pero siempre es mejor que la de cualquier translator).
DEVORADO POR UN TIBURÓN
Londres, 28 de agosto.

Los pasajeros del vapor Arabia, de la Compañía P&O, que llegó esta semana, fueron testigos de una terrible tragedia. Un miembro de la tripulación, William Newbury, fue devorado por un tiburón. Newbury tenía 26 años de edad y estaba casado. Hacía varios días que un tiburón de gran tamaño iba siguiendo el barco. Cuando el correo se encontraba en las cercanías del cabo Finisterre se oyó un grito de "Hombre al agua". Al instante todos sintieron un vuelco en el corazón cuando la imagen del tiburón se les vino a la cabeza.
Rápidamente el barco viró y se preparó un bote. Vieron a William en el agua, nadando. Desde la cubierta observaron que se mantenía bien a flote mientras el bote iba hacia él a toda velocidad. De pronto, en el instante que hacía frente a una ola, el hombre emitió un horrible chillido. Al mismo tiempo se produjo una gran conmoción en el agua y su cabeza desapareció. Unos instantes después el bote llegó al lugar, pero demasiado tarde. Las olas estaban teñidas de sangre. El feroz pez y su víctima ya estaban en las profundidades. Cómo cayó Newbury al agua es un misterio.

La P&O tenía líneas regulares con la Península, con los puertos de Cádiz, Lisboa, Oporto y Vigo. Sin embargo, el Arabia siempre estuvo adscrito a la ruta de la India, de modo que no parece probable que aquel nefasto día hubiese partido desde este último puerto.

Fotografía del Arabia tomada de la extraordinaria página www.photoship.co.uk.
Sea como fuere, los datos de que disponemos son tan escasos que resulta prácticamente imposible adivinar la especie implicada. Si confiamos en las impresiones de los testigos, lo que tenemos es un tiburón grande (al menos lo bastante como para ser tenido como tal desde la cubierta), el mismo que, al parecer, llevaba unos días siguiendo el barco y que en cuestión de unos minutos se abalanzó sobre el desafortunado marinero y se lo zampó sin miramientos (es decir, un bicho muy osado e insistente, y lo tremendamente hambriento). ¿Qué tiburón podría ser capaz de una cosa así en estas latitudes? En otras zonas del planeta uno pensaría inmediatamente en un tiburón tigre (Galeocerdo cuvier), por ejemplo, ¿pero aquí? La especie está citada en las Canarias, Madeira y las Azores, pero existen dos registros fiables mucho más al norte: uno nada menos que en Islandia y otro, más reciente, en la costa atlántica francesa, concretamente en el departamento del Charente Marítimo (2), además de alguna cita dudosa en las Islas Británicas. Estos últimos casos, extraordinariamente raros, fueron probablemente ejemplares errantes que por algún motivo habían llegado tan lejos de su zona de distribución siguiendo la corriente del Golfo. ¿Pudo haber ocurrido algo similar en 1908? Tal vez no debamos descartar esta posibilidad, por rara que parezca.
Ni el cailón (Lamna nasus) ni su pariente tal vez más agresivo y nervioso, el marrajo (Isurus oxyrinchus), parecen encajar en un comportamiento de esta naturaleza, por más que el primero puede incluso internarse en las rías siguiendo a sus presas y seguir a algún pesquero. Por su parte, la tintorera (Prionace glauca), aun siendo una especie eminentemente oceánica, y por tanto curiosa y oportunista, es lo bastante cauta como para no lanzarse así como así sobre la primera cosa que se encuentra en el agua sin investigarla bien investigada. Solo se me ocurren dos especies capaces de hacer una cosa así: un tiburón oceánico (Carcharhinus longimanus) o un tiburón blanco (Carcharodon carcharias).
Me hago cargo de que lo del longimanus suena, como poco, un pelín raro. Pero antes de descartarlo pensemos en lo siguiente: primero, en aquellos años de principios del siglo XX era uno de los tiburones más abundantes del océano; segundo, su rango de temperatura es lo bastante amplio (entre 18 y 28ºC) como para poder permitirse con toda tranquilidad una incursión veraniega hasta esta parte del Atlántico norte, y más si es siguiendo a una lata de comida; tercero, cualquier guía seria que consultéis incluye nuestra costa en su posible zona de distribución (o sea, que no es un disparate). Por último, se trata de un tiburón de hábitos oceánicos, oportunista y sumamente curioso e insistente a la hora de investigar lo que se encuentra en su camino, y muy agresivo si de lo que se trata es de comer. De hecho, ha sido protagonista de numerosos episodios similares a este (y no nos olvidemos de que puede superar los 3 metros y medio). En fin, convendréis en que este perfil es de sospechoso número 1.

Jaquetón océanico (Carcharhinus longimanus). Foto de Robin Baird.
En cuanto al sospechoso número 2, el gran Carcharodon carcharias, pues ya os imagináis que a primera vista es el candidato perfecto: se trata de un animal grande (puede superar los 6 m), extraordinariamente inteligente y curioso, y desde luego un potente y eficaz depredador. Por más que no existen registros claros en el mar de Galicia (3), las características de nuestras aguas encajan perfectamente con sus preferencias. Ahora bien, ¿es posible que un tiburón blanco haya seguido un buque de gran tonelaje a lo largo de varios días hasta poder llevarse a las fauces algo más que restos de comida? Quién sabe.

Evidentemente todo esto es hablar por hablar, una discusión casi bizantina a la que se le puede aplicar aquello de "tanto te digo una cosa como te digo la otra". No existe un solo argumento que pueda decantar la balanza hacia uno u otro lado, o que sirva para descartar definitivamente a cualquiera de los demás candidatos. Todo depende de nosotros, de lo que cada uno desee creer. Personalmente, las dos ideas me resultan sugerentes, seguramente más la segunda, aunque solo sea porque sería un argumento más para defender la presencia, siquiera esporádica, de tiburones blancos en Galicia.
Pero ¿qué opina el lector?

Punta de Fisterra (Foto Toño Maño).

El Arabia permaneció 18 años en activo. Construido en 1898 por Caird & Company Greenock, desplazaba 7903 toneladas brutas, 4167 netas y 5051 tpm en un casco de 152,32 m de eslora, 16,45 m de manga y 8,15 m de calado. Tenía una sola hélice movida por una máquina de triple expansión de 11000 ihp. Podía transportar hasta 317 pasajeros en primera clase y 152 en segunda, o bien 2500 soldados, además de diversa carga. El 6 de noviembre de 1916 fue torpedeado y hundido por el submarino alemán UB43 a 112 millas al suroeste del cabo Matapan, Grecia. No hay constancia de que los supervivientes hubiesen tenido algún desafortunado encuentro con tiburones.

______________________
(1) Debo agradecer a Chris Moore el envío del recorte de prensa.
(2) Este es el ejemplar de 3 m capturado en Francia en 2007.
Foto tomada de la página Sud Ouest.
(3) Véase el post ¿Hay o no hay tiburones blancos en Galicia?

Claves de los Squaliformes

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Quelvacho negro (Centrophorus squamosus). Foto: Oceanlab, University of Aberdeen.
Los Squaliformes son un grupo de tiburones por el que es difícil no sentir admiración. Se trata de un orden amplio y muy variado formado por casi 125 especies, algunas tan conocidas como la mielga (Squalus acanthias), otras tan misteriosas y absolutamente desconocidas como muchos tiburones de aguas profundas. Se encuentran en todo tipo de hábitats, desde los estuarios y aguas someras próximas a la costa hasta las aguas más profundas y gélidas de las altas latitudes cercanas a los polos, para cuyas extremas condiciones se encuentran admirablemente adaptados. La lista incluye criaturas tan extraordinarias y sorprendentes como los tiburones linterna (fam. Etmopteridae), así llamados porque "alumbran" en la oscuridad del fondo gracias a un especial sistema de bioluminiscencia, tiburones ectoparásitos como los tiburones cigarro (gén. Isistius,Dalatiidae), también bioluminiscentes, o bichos de aspecto tan grotesco y "poco tiburonil" como los cerdos marinos (fam. Oxynotidae). Como el patio de un manicomio. Aquí figuran también los tiburones probablemente más pequeños del mundo, el melgacho cilíndrico (Etmopterus carteri) y el melgacho enano (Etmopterus perryi), que con 15-20 cm ya son adultos, al lado de verdaderos gigantes de las profundidades como los dormilones (gén. Somniosus, fam. Somniosidae), que pueden llegar a superar, en algunos casos, los 7 metros de longitud. Y siguiendo con las grandes cifras, Squaliforme es también el tiburón que ostenta el récord de profundidad: la pailona (Centroscymnus coelolepis), con nada menos que 3675 m.
Sin embargo, este pequeño libro de los récords incluye también un apéndice escrito sobre páginas negras: entre los Squaliformes encontramos los tiburones con las más bajas tasas reproductivas: especies con la madurez sexual más tardía (en algunos casos superior a los 20 años) y algunas de las gestaciones más largas (de 24 meses o más). Esto los hace vulnerables en extremo a cualquier tipo de explotación pesquera... a la que se les está sometiendo cada vez más debido, entre otros factores como el agotamiento de los stocks pesqueros de aguas más superficiales, al aceite que contienen sus enormes hígados, que en algunos casos son también de récord.

Negrito (Etmopterus spinax) fotografiado en Noruega por Espen Rekdal.
El orden de los Squaliformes está formado por un total de seis familias: Oxynotidae, Squalidae, Etmopteridae, Centrophoridae, Somniosidae y Dalatiidae, todas ellas con algún representante citado en aguas de Galicia.

Partimos del post Claves de los nueve órdenes de tiburones para recordar las características morfológicas comunes a todas ellas. Básicamente: ausencia de aleta anal, narinas no conectadas a la boca mediante surcos y ojos sin membrana nictitante. A diferencia de los Echinorhiniformes, hasta hace poco considerados también Squaliformes, presentan dentículos dérmicos de pequeños a moderadamente grandes, la 5ª abertura branquial de tamaño parecido al de las demás y la primera dorsal más adelantada que las aletas pélvicas. En cuanto a su sistema reproductivo, todas las especies en las que se ha podido averiguar son vivíparas aplacentarias (ovovivíparas).
Y a partir de aquí la cosa se complica. Los Squaliformes son un grupo complejo y poco conocido que plantea constantes quebraderos de cabeza incluso a los propios científicos. En algunos casos extremos sólo es posible diferenciar entre especies de una misma familia recurriendo al cómputo vertebral o al análisis genético. Por otro lado, constantemente se descubren nuevas especies y se descartan otras. Por poner un ejemplo, especies que antes se consideraba diferenciadas de pronto se demuestra que son en realidad una y la misma. Ciertos géneros y familias, como los centrofóridos, necesitan una revisión bien a fondo. 
Cuestiones técnicas aparte, y bajando al nivel de cualquier aficionado como vosotros o yo, lo que debemos tener en cuenta es que en no pocos casos las primeras impresiones engañan, y no os digo nada si lo que tenemos delante es una fotografía (¡doy fe!). Los caracteres morfológicos no siempre son claros o definitivos, y a veces necesitan ser analizados con cierto detenimiento por un ojo educado. Además, factores como el tipo de dentición, menos evidentes en una primera mirada, son sumamente importantes. 
Pero vamos allá. Por intentarlo que no quede.


Claves de las seis familias

I. Cuerpo alto y comprimido lateralmente, de sección triangular.
Dorsales muy altas atravesadas por fuertes espinas. Gruesas carenas laterales discurriendo a lo largo del abdomen entre las bases de las pectorales y las pelvianas. Familia OXYNOTIDAE.

Tiburón cerdo (Oxynotus centrina). Foto Oceana-Seaeye.

 











II. Cuerpo bajo y de sección más o menos circular. Aletas dorsales bajas.

- A.Dientes similares en ambas mandíbulas: como cuchillas, con una cúspide muy inclinada, prácticamente horizontal, y sin cuspidillas secundarias. Las dos aletas dorsales presentan espinas sin surcos. Aleta caudal sin escotadura subterminal. Pedúnculo con quillas laterales y foseta precaudal superior (excepto en el género Cirrhigaleus, poco marcada o ausente). Familia SQUALIDAE.
Mielga (Squalus acanthias). Foto de Greg Amptman tomada de Shark Savers.
>B.Dientes de formas variables, no similares en las dos mandíbulas. Las espinas de las dorsales, cuando existen, presentan surcos laterales. Aleta caudal con escotadura subterminal bien definida. Pedúnculo sin fosetas precaudales y sin quillas laterales (excepto en alguna especie de la familia Dalatiidae, presentes pero poco marcadas).

- - b.1. Dientes con cúspides grandes y cuspidillas secundarias en la mandíbula superior o en ambas las dos mandíbulas; en algún caso (por ejemplo, Aculeola nigra), dientes ganchudos. Manchas oscuras o negras en la superficie ventral, flancos y cola repletas de fotóforos. Familia ETMOPTERIDAE.
Negrito (Etmopterus spinax). Foto: Pedro Niny Duarte (c) ImagDOP
>>b.2. Dientes superiores sin cúspides secundarias; inferiores como cuchillas, extendidos lateralmente e imbricados, y bastante más grandes que los superiores. Sin manchas negras con fotóforos en la superficie ventral, costados y caudal, si bien pueden presentar fotóforos dispersos.

--- b.2.1. Dientes como cuchillas en ambas mandíbulas; los de la superior son relativamente anchos, los de la inferior, bajos y anchos, y bastante más grandes que los de la superior. Cuerpo cilíndrico con uno morro corto (género Centrophorus) o bastante largo y espatulado (género Deania) con ojos muy grandes. Dorsales con espinas. Familia CENTROPHORIDAE.

Visera (Deania calcea). Foto Oceanlab, University of Aberdeen.
>>>b.2.2. Dientes superiores estrechos y afilados, no como cuchillas; inferiores altos y anchos, como cuchillas. Dorsales con o sin espinas.

- --- b.2.2.1. Cabeza ancha y un poco aplanada o relativamente cónica. Morro plano y redondeado dorsoventralmente, más o menos alargado. Dientes superiores pequeños, como agujas; inferiores grandes, anchos e imbricados, como cuchillas. Normalmente presentan quillas laterales en el abdomen. Dorsales con espinas no siempre claramente visibles (géneros Centroscymnus, Centroselachus, Proscymnodon y Zameus) o bien sin espinas (géneros Scymnodalatias y Somniosus). FamiliaSOMNIOSIDAE.

Tiburón de Groenlandia (Somniosus microcephalus). Foto de Paul Niklen, NOAA.
---- b.2.2.2. Cabeza estrecha, cónica y redondeada. Morro cónico y, en general, corto. Dientes superiores lanceolados e inferiores grandes, anchos e imbricados, como cuchillas. Sin quillas laterales en el abdomen. Dorsales sin espinas, excepto el género Squaliolus, con espina sólo en la primera dorsal. Familia DALATIIDAE.
Negra (Dalatias licha).


Modelos dentarios de las 5 familias del grupo II
  • A. Squalidae:
Squalus sp. Fuente: J-elasmo.
  • b.1. Etmopteridae:
Etmopterus sp. Fuente: J-elasmo.
  • b.2.1. Centrophoridae:
Quelvacho (Centrophorus squamosus). Fuente: J-elasmo.
  • b.2.2.1. Somniosidae:
Pailona (Centroscymnus coelolepis). Fuente: J-elasmo.
  • b.2.2.2. Dalatiidae:
Negra (Dalatias licha). Fuente: J-elasmo.

Reproducción VI: Viviparismo placentario

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Embrión de tiburón limón (Negaprion brevirostris). Foto: National Geographic.
El viviparismo placentario es el modo reproductivo más avanzado de todos los tiburones. Lo siguen aproximadamente un 10% de todas las especies conocidas: la gran mayoría de los carcharhínidos (fam. Carcharhinidae) como la tintorera (Prionace glauca), el tiburón gris (Carcharhinus plumbeus) y otras especies tan conocidas como el jaquetón cobre (C. brachyurus) o el coralino (C. perezi); igualmente todas las especies de cornudas o tiburones martillo (fam. Sphyrnidae), todos los gáleos (fam. Hemigaleidae), y un puñado de especies de la familia de las musolas (Trakidae), una de las cuales está presente en nuestras aguas (1).

Este sistema supone un importante avance en términos evolutivos respecto del viviparismo aplacentario u ovoviviparismo. El saco vitelino, que en un primer momento alimenta al embrión, se modifica desarrollando una serie de expansiones con las que se adhiere a la pared del útero para establecer una conexión de carácter placentario en la que se produce un intercambio sanguíneo. Aunque conviene notar que esta placenta que se forma no es igual a la de los mamíferos, su origen embriológico es diferente, dado que los tiburones carecen de amnios y de alantoides (2).

Útero de una tintorera con sus embriones. Foto de Gonzalo Mucientes tomada de su blog Tiburones del mundo.
El pequeño tallo o conducto que unía el saco al embrión (insertándose, recordemos, en la zona abdominal entre las aletas pectorales) se convierte de esta manera en una especie de cordón umbilical similar al de los mamíferos, que se encargará del transporte directo de nutrientes desde la madre hasta cada uno de sus retoños.


Este cordón, que puede llegar a medir hasta 20 cm, está formado por una arteria, una vena umbilical y un canal vitelino, y puede presentar una superficie lisa o festoneada en función dos sistemas de trasvase de nutrientes: uno hemotrófico y otro histotrófico, respectivamente.
  • Hemotrófico. Cordón liso. Las substancias nutritivas llegan disueltas en el plasma sanguíneo materno exclusivamente a través de la placenta vía cordón. Es el caso de la gran mayoría de los carcharhínidos.
  • Histotrófico. Cordón festoneado. El aporte de nutrientes se produce de dos maneras: a través de la placenta, como en el caso anterior, y absorbidos del líquido intrauterino por las expansiones que festonean el cordón umbilical. Este líquido, también conocido como leche uterina, es rico en agua y sales minerales. Los esfírnidos y los hemigaleidos utilizan este sistema.
Cordón festoneado en un embrión de cornuda (Sphyrna zygaena). Foto de Eve Bunting tomada de la página del Canadian Shark Research Lab.
A diferencia del viviparismo aplacentario, el viviparismo placentario permite llevar adelante con ciertas garantías camadas más numerosas: hasta 42 crías en el tiburón martillo (Sphyrna mokarran), 50 en la cornuda (Sphyrna zygaena) o las 135 hallados en una tintorera (Prionace glauca).

El nacimiento de un tiburón limón (Negaprion brevirostris). Se aprecia el cordón y la estructura modificada del saco vitelino. Foto de Doug Perrine.
Como veis, los tiburones no son peces normales y corrientes. Son más los elementos que de algún modo nos unen que los que nos separan. Tenemos más cosas en común con un marrajo que con una sardina, pongamos por caso (3). Y ojo, no es que los tiburones se nos parezcan en esto de la reproducción, sino que en realidad somos nosotros quienes nos parecemos a ellos. El sistema de conexión placentaria lo inventaron los tiburones unos cuantos millones de años antes que los seres humanos. Así que un respeto a nuestros mayores.


[Para los otros dos modos reproductivos véanse los capítulos Oviparismo y Viviparismo aplacentario.]
_______
(1) O sea, que vivíparos placentarios en aguas de Galicia sólo tenemos cuatro: la tintorera, el tiburón gris, la cornuda o pez martillo (Sphyrna zygaena) y la musola (Mustelus mustelus).
(2) El amnios es una membrana interna que envuelve el embrión de mamíferos, aves y reptiles. Su formación es extraembrionaria y está llena de líquido amniótico.
El alantoides es una especie de saco originado en el extremo posterior del intestino del embrión. En un primer momento envuelve el embrión entre el amnios y el corion, y conforme avanza el desarrollo embrionario va disminuyendo de tamaño y alargándose para formar parte del cordón umbilical.
(3) Y por encima un estudio reciente ha descubierto que el repertorio genético relacionado con procesos metabólicos del tiburón blanco es mucho más parecido al humano que al de los teleósteos. No está mal.

Los tiburones más grandes del océano

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Tiburón de Groenlandia (Somniosus microcephalus). Foto de Jeffrey Gallant, GEERG.
Por la red circulan decenas de gráficos con imágenes de los tiburones más grandes del mundo ordenados de mayor a menor en escalera de burro. Algunos son muy bonitos y la mar de chulos, y se ve que hay un gran trabajo detrás, pero el problema es que casi siempre se repiten, y repiten las mismas inexactitudes. Básicamente se trata de variaciones sobre lo mismo: arriba del todo ponen al tiburón ballena, debajo al peregrino, en tercer lugar al tiburón blanco, en cuarto al boquiancho, luego vienen el tiburón tigre y tal vez el zorro, y después rellenan con unas cuantas especies más hasta completar el espacio.
Aun cuando salvo excepciones los datos que manejan suelen ajustarse a la realidad, lo que uno echa en falta es un poco más de rigor y un poco menos de leyenda y de sensacionalismo a la hora de elaborar estas listas. No deja de ser sospechoso que siempre se quedan fuera las mismas especies: bichos de gran talla, pero que resultan más feúchos, sosos y, acaso, bastante menos glamurosos que, por ejemplo, el tiburón blanco o el limbatus, como son los tiburones de aguas profundas. ¿Realmente pretenden hablar de los tiburones, o solo de los tiburones que más les gustan a ellos?
Para hacer un poco de justicia me permito presentaros una lista bastante más exacta y completa. Aunque contiene una pizca de provocación, está rigurosamente basada en datos tomados de guías como las de Compagno y Ebert (y es que, como todo el mundo sabe, cuando hablamos de tamaños las exageraciones y la subjetividad del observador tienden a distorsionar la realidad, particularmente cuando el observador pertenece al género masculino, y en esto de los tiburones ocurre lo mismo). Este es nuestro particular top-10, del que a propósito hemos dejado fuera al zorro (Alopias vulpinus), pese a que puede llegar nada menos que a los 635 cm (1):

1. Tiburón ballena (Rhincodon typus). 
       Alcanza los 17-21 m.


2. Peregrino (Cetorhinus maximus). 
      Posiblemente llega a rebasar los 10 m.
Ejemplar de 9 m capturado en Japón.
3. Tiburón tigre (Galeocerdo cuvier). 
       Puede superar los 550 cm. Existe un registro de 740 cm.

Fotografía de Raul Boesel.

4. Dormilón del pacífico (Somniosus pacificus).
       La talla máxima supera los 7 m.

Foto de Emory Kristof, National Geographic.

5. Tiburón de Groenlandia (Somniosus microcephalus). 
       Máxima de al menos 640 cm. Posiblemente hasta 730 cm.

Foto de G. Nordoy (el tiburón fue devuelto con vida al mar).

6. Tiburón blanco (Carcharodon carcharias).
       Puede superar los 6 m. Un registro de 640 cm (2).

El famoso ejemplar de 6,4 m y 3,2 t capturado en Cojimar, Cuba, en 1945.

7. Dormilón antártico (Somniosus antarcticus).
      Alrededor de 6 m de longitud máxima.

Capturado en las Malvinas. Foto de Katja Janzen tomada de fishBase.
8. Tiburón martillo (Sphyrna mokarran).
       Longitud máxima de 550-610 cm.

Foto tomada alrededor de 1917.
9. Tiburón boquiancho (Megachasma pelagios).
       Puede superar los 550 cm.


10. Tiburón duende (Mitsukurina owstoni).
          Puede pasar de los 4 m. El mayor registro conocido se estimó entre 540-617 cm (3).

El mayor ejemplar capturado hasta el momento. Foto tomada de Glenn R. Parsons. Sharks, Skates and Rays of the Gulf of Mexico.

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(1) ¿El motivo? Pues porque hace trampas: aproximadamente la mitad de su longitud total corresponde a la cola, y eso no puede ser. Véase el post Zorro (Alopias vulpinus).
(2) El tema de la longitud máxima que puede alcanzar el tiburón blanco está lleno de controversias, exageraciones y, en ciertos casos, puro engaño, como ocurrió con el famoso ejemplar capturado en Malta en 1987, que en un primer momento fue estimado en más de 7 m, luego en 5 y pico, y posteriormente entre 668-681 cm. El registro que de momento parece más fiable corresponde a los 640 cm del espécimen capturado en Cojimar, aunque existen testimonios relativamente fiables que hablan de ejemplares que superarían ampliamente los 6 metros.
"Referente a la longitud máxima que puede alcanzar este tiburón, en el año 1982, el Dr. J. A. Moreno tuvo la posibilidad de observar y hacer una medición aproximada (en pies) a una hembra, de una longitud mínima de entre 8 y 9 metros, desembarcada en Dakar (Senegal). Desgraciadamente, el registro de la talla del individuo observado no tiene ninguna validez científica al no haber podido realizar una biometría correcta del animal, debido a la situación azarosa con los propietarios del ejemplar, ni, consecuentemente, haber podido preparar la correspondiente comunicación. Baste decir que, solamente la mandíbula estaba ya vendida por una suma de 1.000 dólares."
Joan Barrull e Isabel Mate. Tiburones del Mediterráneo. Arenys de Mar: Llibrería El Set-ciènces, 2002, p. 153.
(3) Véase el post Tiburón duende (Mitsukurina owstoni).

Los tiburones más pequeños del océano

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Tollo pigmeo de ojo pequeño (Squaliolus aliae). (c) Dr. J. Mallefet, Dr. J. Claes, FNRS/UCL

Después de conocer a los tiburones más grandes del océano, hoy es el turno de los más pequeños, cosa que no es nada fácil, entre otras razones debido al profundo desconocimiento que tenemos de un elevado porcentaje de especies, particularmente las de aguas profundas. Luego está el tema, sumamente espinoso, de cuál debe ser el parámetro a tener en cuenta a la hora de elaborar una lista como esta: ¿la máxima longitud total alcanzada por los especímenes capturados de una determinada especie? ¿O la talla de madurez?
Los dos factores plantean problemas. Por un lado, parece ser que el crecimiento de al menos algunas especies de tiburones es continuo, es decir, que siguen creciendo hasta que se mueren. Por otro, es sabido que dentro de una misma especie las tallas de madurez varían geográficamente en función de variables como la temperatura del agua, el tipo de alimentación, etc.
El asunto es más complejo de lo que parecía en un primer momento, cosa que debéis tener en cuenta a la hora de valorar tanto la lista que tenéis abajo como cualquier otra de las que os encontréis por ahí: hay que tomárselas con la debida cautela, pues seguro que en cualquier momento van a surgir nuevos datos que las invaliden en todo o en parte. Por este motivo lo que he hecho es (primero) no matarme mucho buscando por ahí novedades de última hora, y (segundo) ceñirme simplemente a los datos de longitud total y de madurez recogidos en la última edición del Sharks of the World (1).
Para organizar un poco el tema he decidido, por comodidad, tomar como base la longitud máxima de cada especie, aun a pesar de lo dicho (2). No obstante, por si alguno quiere hacer su propia lista, he añadido también los datos de tallas de madurez.
He descartado especies cuya longitud total máxima no es una cifra exacta, sino que viene matizada por un difuso "al menos". Igualmente aquellas de las que sólo disponemos de una talla de referencia. Para que os hagáis una idea:
-"Un joven medía 21 cm": Apristurus sibogae.
-"Ejemplar tipo de 25 cm": Apristurus investigatoris.
-"Al menos 27 cm": Holohalaelurus grennian.
-"Al menos 28 cm": Centroscyllium granulatum.
-"Un macho adulto de 29 cm": Etmopterus decacuspidatus.
-"Al menos 30 cm": Cephaloscyllium cooki, Etmopterus fusus.
-"Al menos 32 cm": Etmopterus evansi.

Y ahora, nuestro particular top-10.

1.Melgacho cilíndrico (Etmopterus carteri)
  • Longitud máxima: 21 cm.
  • Machos y hembras maduran sobre los 18 cm. 
Dibujo de Tambja tomado de Wikimedia.
    Melgacho enano (Etmopterus perryi)
  • Longitud máxima: 21 cm.
  • Al nacer miden en torno a 6 cm. Los machos maduran sobre los 16-17 cm; las hembras, a los 19 cm.
Foto Chip Clark /Smithsonian Institution.
2. Tollo pigmeo de ojo pequeño (Squaliolus aliae)
  • Longitud máxima: sobre 22 cm.
  • Al nacer miden menos de 10 cm. Los machos maduran sobre los 15 cm.

Imagen tomada de digitalfishlibrary.org
3. Melgacho africano (Etmopterus polli)
  • Longitud máxima: 24 cm.
  • Los machos maduran con 19-23 cm; las hembras con 24 cm.
Foto de D. D. Ramjohn tomada de fishBase.
   Tollo coludo pigmeo (Ericdanis radcliffei)
  • Longitud máxima: 24 cm.
  • Miden unos 11 cm al nacer. Los machos maduran hacia los 18-19 cm; las hembras, curiosamente, entre 15-16 cm.
Foto tomada de showyourfishes.com

4. Melgacho verde (Etmopterus virens)
  • Longitud máxima: 26 cm.
  • Los machos maduran con 18 cm; las hembras con 22 cm.
NOAA Photo Library
5. Melgacho espinoso (Etmopterus sentosus)
  • Longitud máxima: sobre 27 cm.
  • Nacen con 6 cm; los machos maduran con 22-26 cm; las hembras con 25-26 cm.
FAO
     Tollo pigmeo (Euprotomicrus bispinatus)
  • Longitud máxima: 27 cm.
  • Nacen con 6-10 cm. Los machos maduran con 17-19 cm; las hembras con 22-23 cm.
(c) e-Photography.co.jp tomada del blog thefeaturedcreature.com

6. Tollo pigmeo espinudo (Squaliolus laticaudus)
  • Longitud máxima: sobre 28 cm las hembras; los machos hasta 22 cm.
  • Al nacer miden 8-10 cm. Los machos maduran sobre los 15 cm; las hembras entre 17-20 cm.
Foto de Heike Zidowitz.
   Melgacho antillano (Etmopterus hillianus)
  • Longitud máxima: 28 cm, las hembras; los machos hasta 26 cm.
  • Al nacer miden 9 cm. Los machos maduran hacia los 20 cm.
NOAA Photo Library.
7.Pintarroja espinosa (Bythaelurus hispidus)
  • Longitud máxima: 29 cm.
  • Los machos maduran sobre 22-26 cm; las hembras sobre 22-29 cm.
FAO
8. Melgacho de aletas orladas (Etmopterus schultzi)
  • Longitud máxima: 30 cm.
  • Adultos a los 27 cm los machos, con 28-30 cm las hembras.
NOAA Photo Library
   Colayo punteado (Galeus piperatus)
  • Longitud máxima: 30 cm.
  • Eclosionan con menos de 7 cm. Los machos maduran entre 28-29 cm; las hembras entre 26-30 cm.
FAO
   Colayo enano (Galeus schultzi)
  • Longitud máxima: 30 cm.
  • Los machos maduran sobre 25 cm; las hembras entre 27-30 cm.
Tomada de la página catalog.digitalarchives.tw
     Colayo cabezón (Cephalurus cephalus)
  • Longitud máxima: sobre 30 cm.
  • Al nacer miden alrededor de 10 cm y maduran hacia los 19 cm.
  • Su nombre inglés es magnífico: Lollipop catshark ('Colayo piruleta').
Vista dorsal de una hembra de 221 mm y ventral de neonato de 107 mm.  Foto tomada de Aguirre-Villaseñor y Salas-Singh (3).

9. Pintarroja enana (Scyliorhinus torrei)
  • Longitud máxima: 32 cm.
  • Los machos maduran entre 24-26 cm; las hembras hacia los 26 cm.
FAO
10. Colayo de cola áspera (Galeus arae)
  • Longitud máxima: sobre 33 cm.
  • Maduran entre 27-33 cm.
Imagen tomada de la página del Mote Marine Laboratory.
      Melgacho franjeado (Etmopterus gracilispinis)
  • Longitud máxima: sobre 33 cm.
  • Al nacer miden sobre 13 cm. Los machos maduran hacia los 26 cm; las hembras con 33 cm.
Foto de Don Flescher tomada de fishBase.
Y la lista podría seguir y seguir para abarcar otro buen puñado de tiburones que no llegan ni a los 40 cm, como por ejemplo (entre paréntesis la longitud total máxima conocida): Etmopterus robinsi, Etmopterus caudistigmus y Holohalaelurus punctatus (34 cm); Galeus cadenati, Halaelurus quagga y Schroederichthys maculatus (35 cm); Cephaloscyllium silasi (36 cm); Apristurus macrostomus (un único ejemplar aparentemente adulto de 38 cm); Bythaelurus lutarius, Cirrhoscyllium formosanum (39 cm) y Asymbolus parvus (sobre 40 cm). Y otros cuantos maś que no llegan ni a los 50 cm. Por citar algunos casos: Etmopterus burgessi e Iago mangalorensis (41 cm), Atelomycterus fasciatus (sobre 45 cm), Apristurus canutus (46 cm).

Finalmente, por si alguien se lo está preguntando, solo los queda añadir que la especie más pequeña de nuestras aguas es otro tiburón de aguas profundas, el negrito (Etmopterus spinax), que llega nada menos que hasta los 60 cm. Todo un gigantón.

__________________________
(1) David, A. Ebert, Sarah Fowler, Leonard Compagno, Marc Dando. Sharks of the World: A Fully Illustrated Guide. Plymouth: Wild Nature Press, 2013.
(2) Por dos motivos: primero porque así resulta más sencillo elaborar una tabla clasificatoria; segundo porque las tallas de madurez pueden resultar sumamente variables entre machos y hembras (¿qué tomamos como referencia, la de ellos o la de ellas, o hacemos una media?)... Demasiado trabajo.
(3) Hugo Aguirre-Villaseñor, Carolina Salas-Singh. "Nuevos registros del tiburón renacuajo Cephalurus cephalus (Scyliorhinidae) en el golfo de California, México."Revista Mexicana de Biodiversidad, vol. 83, nº 1, marzo 2012.

Claves de los Carcharhiniformes

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Pareja de tintoreras (Prionace glauca) en una extraordinaria fotografía de Nuno Sá.

Los Carcharhiniformes constituyen el orden más extenso y heterogéneo de todos los tiburones. Un enorme vecindario en el que una espectacular variedad de especies de tamaño mediano o pequeño, totalmente inofensivas, conviven con un puñado de bichos con los que uno debe andarse con cuidado. Como somos un poco cotillas y además tenemos un morro que nos lo pisamos, nos hemos colado sin permiso, y lo que hemos visto solo puede describirse como una mezcla de camarote de los hermanos Marx y 13 Rue del Percebe: aquí unos olayos correteando entre unos corales, un poco a la izquierda varios colayos olisqueando un bicho muerto mientras una comadreja duerme la siesta entre las gorgonias; en medio, una panda de tollos coludos comparte una bolsita de poliquetos bajo la atenta mirada de tres o cuatro tintoreras; hacia la derecha, una pareja de silenciosos pejegatos se ve de pronto aplastada por una marabunta de pintarrojas de trajes multicolores que sale en tropel de uno de los portales, donde al parecer tienen montada una comuna (un trío de gáleos consigue apartarse a tiempo); en una esquina unos cazones observan divertidos como una musola barbuda se entretiene mordisqueando un caracol; un gran musolón, que venía bostezando con su enorme boca abierta de par en par, casi se traga a una musola pinta que doblaba una esquina mirando hacia arriba, a un apretado ejército de cornudas que se dirigía hacia el sur. Grupos de pequeños carcharhínidos circulan lentamente de un lado a otro, vigilando y siendo vigilados por sus conciudadanos. Cae la tarde y hay un momento en que cesa el alboroto, algunos abandonan el lugar, en la distancia se adivinan las formas de los grandes jaquetones, aproximándose.

El orden Carcharhiniformes está compuesto por un total de 8 familias: Sphyrnidae, Scyliorhinidae, Pseudotriakidae, Proscylliidae, Leptochariidae, Triakidae, Hemigaleidae y Carcharhinidae. De ellas tres no están presentes en nuestra zona: proscílidos, leptocáridos y hemigaleidos (están marcadas con un asterisco).

¿Qué es lo que tienen todas ellas en común? En el post Claves de los nueve órdenes de tiburones, vemos que poseen aleta anal, cinco pares de aberturas branquiales laterales, dos aletas dorsales sin espinas y ojos con membrana nictitante situados delante de las comisuras bucales.
Veamos ahora las diferencias, que como veréis, entre ciertas familias son realmente muy sutiles.


I. Cabeza con expansiones laterales en forma de martillo.Familia SPHYRNIDAE.

Tiburón martillo (Sphyrna mokarran). Foto tomada de www.eulasmo.org.

II. Cuerpo alargado con las dos dorsales en posición muy atrasada: la primera encima o detrás del origen de las pélvicas. Familia SCYLIORHINIDAE.

Pintarroja (Scyliorhinus canicula). Foto de Jacobo Alonso.

III.Cabeza sin expansiones laterales. Aletas dorsales no retrasadas; la primera claramente delante de las pélvicas.

- A. Pedúnculo sin foseta precaudal. El margen dorsal del lóbulo superior de la caudal es liso, no ondulado.

- - a.1. Surcos labiales muy cortos o inexistentes. Dientes posteriores pectinados. Membrana nictitante rudimentaria.

-- - > a.1.1. Morro de perfil campaniforme visto dorsoventralmente. Surco profundo delante de los ojos. Familia PSEUDOTRIAKIDAE.
Musolón (Pseudotriakis microdon).
-- - > a.1.2. Morro redondeado visto dorsoventralmente. Sin surcos profundos delante de los ojos. Familia PROSCYLLIIDAE (*).
Tollo coludo pigmeo (Ericdanis radcliffei). Foto tomada de showyourfishes.com

- - a.2. Surcos labiales largos (1). Dientes posteriores no pectinados. Ojos con membrana nictitante desarrollada. Aletas dorsales muy separadas.

-- - > a.2.1. Solapas nasales con finos barbillones. Cuerpo muy esbelto. Familia LEPTOCHARIIDAE (*).
Musola barbuda (Leptocharias smithii).
-- - > a.2.2. Solapas nasales sin barbillones (excepto en el género Furgaleus). Familia TRIAKIDAE.

Musola pinta (Mustelus asterias). Foto de Anders Salesjö tomada de fishBase.

- B. Pedúnculo con foseta precaudal (2). El margen dorsal del lóbulo superior de la caudal es ondulado, no liso.

- - > b.1. Solapas nasales muy desarrolladas. Filas de sinfisarios bien desarrollados en ambas mandíbulas. Ojos ovalados. Segunda dorsal grande. Familia HEMIGALEIDAE (*).


Comadreja segadora (Hemigaleus microstoma). Foto del CSIRO tomada de fishBase.
H. microstoma, detalle de la cabeza en la que se aprecian las grandes solapas nasales. Foto de Tassapon Krajanjdara tomada de fishBase.

- - > b.2.Solapas nasales posteriores poco desarrolladas. Sinfisarios poco desarrollados en ambas mandíbulas. Ojos redondos, no ovalados. Segunda dorsal normalmente pequeña. Se trata de los tiburones prototípicos. Familia CARCHARHINIDAE.

Tintorera (Prionace glauca). Foto de Andy Murch.
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(1) Vista ventral de la cabeza de una musola (Mustelus mustelus) en la que se pueden apreciar los largos surcos labiales superior e inferior así como la estructura de las narinas: aberturas incurrente y excurrente y forma de la solapa anterior.
Foto Toño Maño.
(2) Vista dorsal del pedúnculo caudal de una tintorera (Prionace glauca). Véase la forma de la foseta precaudal.
Foto Toño Maño.

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Resumen del 2013

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Increíble lo rápido que pasa el tiempo. Así como quien no quiere la cosa, Tiburones en Galicia cumple ya dos añitos. Está más crecidito y formado, y enseguida se nota que ha echado más cuerpo. Atrás han quedado los titubeos de los primeros pasos, los balbuceos ininteligibles, el taca-taca, los cólicos, los miedos nocturnos, los pañales rebosantes... Ya casi da gusto verlo (y olerlo).
La verdad es que este segundo año ha sido bastante fructífero, con un total de 48 artículos (incluido uno que jamás hubiéramos querido publicar), seis más que en el 2012, casi a razón de uno por semana. A lo que hay que añadir las revisiones y actualizaciones de un puñado de viejos posts.
Los criterios que ha guiado tanto la elección de los temas como su distribución han sido, por este orden: el caos, el gusto y apetencias personales del momento y la actualidad. Con todo, es posible encontrar cierta coherencia en el conjunto, pudiendo establecerse cuatro grandes bloques temáticos interrelacionados, tal como hacíamos el año pasado (véase Resumen del 2012): Conservación, Especies, Biología y Hemeroteca.

En cuanto al primero, continuamos la serie dedicada a las escandalosas subvenciones públicas a la pesca industrial ("La pesca insostenible subvencionada (II)" y "La pesca insostenible subvencionada (III): España"), tradujimos un buen artículo que Alan Yuhas publicada en The Guardian valorando el número de ataques de tiburón ocurridos durante el 2012 ("Ataques 2012: En defensa de los tiburones") y nos hicimos eco de las decisiones tomadas durante la última convención del CITES ("Resultados CITES 2013"). También hablamos del número de ejemplares muertos cada año en todo el mundo a consecuencia de la actividad pesquera legal e ilegal ("100 millones de tiburones muertos cada año"), de las toneladas de tiburón que pasaron por la lonja de Vigo ("Lonja de Vigo: Estadísticas 2012"), de las estimaciones sobre el número de tiburones blancos que quedan en el océano ("Quedan muy pocos tiburones blancos"), y de la terrible realidad de los datos pesqueros que ciertas naciones maquillan o, directamente, sin pudor alguno, ocultan ("La pesca insostenible: el caso de China"). Siguiendo con más tomaduras de pelo sangrientas, informamos de una nueva modalidad de finning en "La broma macabra del nuevo finning", un artículo, por cierto, que tuvo una gran difusión. Finalmente, ofrecimos razones más que convincentes para no seguir consumiendo carne de tiburón en "El tiburón, mejor fuera del plato".

El segundo bloque ha quedado un poco rácano en lo que se refiere a monografías específicas. Este año sólo nos hemos ocupado en detalle de siete especies, frente a las trece del anterior:
  • Cailón (Lamna nasus)
  • Olayo de Islandia (Galeorhinus galeus)
  • Marrajo negro (Isurus paucus)
  • Musolón (Pseudotriakis microdon)
  • Pintarroja (Scyliorhinus canicula)
  • Tiburón duende (Mitsukurina owstoni)
  • Angelote (Squatina squatina)
Pero a cambio hemos hablado de tamaños ("Los tiburones más grandes del océano", "Los tiburones más pequeños del océano"), hemos dedicado tres artículos a explicar las claves de clasificación de las familias que forman los tres órdenes mayores de tiburones ("Claves de los Squaliformes", "Claves de los Lamniformes" y "Claves de los Carcharhiniformes") y, como forma de evadirnos, aunque fuera durante un instante, de la tristeza de un año complicado, hemos hablado de belleza (si, de belleza) en dos breves posts cuyo único objetivo era recrearse en la contemplación de los ojos de dos animales extraordinarios: "Los ojos del tiburón blanco" y "Los ojos de la cañabota".

Peregrino (Cetorhinus maximus) fotografiado por José Aller a la altura del faro de Corrubedo.
También nos ocupamos de aspectos puntuales del comportamiento migratorio, horizontal y vertical, de tres estupendos tiburones: "Peregrinaciones del (tiburón) peregrino", "El viaje del cazón (Galeorhinus galeus)" y "Tintorera bate récord de profundidad".
De un peculiar comportamiento observado en cailones juveniles, que podría venir a demostrar que, al menos ciertas especies, son criaturas más inteligentes de lo que se pensaba, hablamos en el post "Los juegos de los jóvenes cailones (Lamna nasus)". Abundando en este tema de la inteligencia, en "La capacidad cognitiva de los tiburones" recogíamos algunos de los resultados de unos experimentos realizados con pintarrojas, en los que se constató que estos animales tienen capacidad para encontrar la estrategia más idónea para encontrar alimento en función de las circunstancias.
Y hablando de buscar alimento, en "Cuando el pez chico ataca al pez grande" hablamos del sistema empleado por un pequeño tiburón tan asombroso como cautivador, el tiburón cigarro, que actúa como un ectoparásito arrancando pedacitos de carne de animales más grandes... y más temidos, como el mismísimo tiburón blanco. Muchos lectores se quedaron tan fascinados por el Isistius, que unos días más tarde decidimos referir el primer caso documentado de ataque a un ser humano en "El ataque del tiburón cigarro".
Naturalmente, también dedicamos un artículo a las cifras globales de ataques de tiburón (de cualquier especie) ocurridos en todo el mundo durante el 2012 ("Ataques de tiburón 2012").

Exceptuando el post"La osmorregulación en los tiburones", el tercer bloque temático lo dedicamos por entero a la biología reproductiva: "La estrategia reproductiva de los tiburones", "Reproducción II: Cortejo y apareamiento", "Reproducción III: La anatomía reproductiva", "Reproducción IV: Oviparismo", "Reproducción V: Viviparismo aplacentario" y "Reproducción VI: Viviparismo placentario".

Dentro ya del último bloque, Hemeroteca, publicamos una curiosa noticia (por calificarla de alguna forma), sacada de un periódico de 1884, que daba cuenta de un suceso asombroso: un tiburón dando caza, ¡en tierra firme!, a sus captores (familiares incluidos): "Ataque de tiburón dentro de una cabaña". En otro periódico un poco más antiguo, de 1851, encontramos el relato de "Una razzia de tiburones (lectura de verano)". En el polo opuesto de lo literario y lo fantasioso se encuentra la noticia que amablemente me envió Chris Moore referida a un ataque ocurrido en Fisterra a principios del XX: "Ataque mortal en Fisterra, 1908".
Y de vuelta al presente, en "Sobre la supuesta "plaga" de tintoreras en Galicia" criticamos con cierta dureza el tono pueril y sensacionalista con que La Voz de Galicia había tratado el tema del supuesto incremento de avistamientos de tintoreras ocurrido este verano. Y finalmente analizamos las novedades de la última edición de la guía de tiburones del mundo de Ebert, Compagno, Fowler y Dando en "Nueva guía, nuevas especies".

Solo un artículo, "Helicoprion", no termina de encajar en ninguno de los bloques anteriores, al tratarse de una especie extinta, que además, muy probablemente no era un tiburón, como se creía, sino una quimera. En cualquier caso, su historia es muy interesante.

La aleta del Cetorhinus cortando la superficie en calma chicha (foto de José Aller).

AGRADECIMIENTOS: No hace falta decir que sin la colaboración desinteresada de mucha gente este Blog estaría muy lejos de ser lo que es. Así pues, valga este pequeño apartado como muestra de reconocimiento y gratitud hacia todos ellos, ya que el presupuesto, siempre menguante, no alcanza para abonar los centenares de cañas que ya debo.
Antón Parada sigue estando ahí para lo que sea, con sus fotos extraordinarias y su espectacular colección de Quercus, completa desde el número 1.Sigo tirando de las fotografías, amablemente cedidas hace ya más de año y medio, por dos organizaciones de referencia en Galicia: la CEMMA y la SGHN (con José Ignacio a la cabeza permitiendo estoicamente que, todavía hoy, continúe dándole la lata de vez en cuando para pedirle más fotos).
Mención aparte merecen dos personajes por los que no puedo sentir más gratitud, por su aliento, su amistad, su apoyo... ¡y por lo de los Apristurus!: Rafa Bañón, uno de los taxónomos más importantes de España y Europa, continúa enviándome, a crédito, fotos y toneladas de bibliografía; por su parte, Gonzalo Mucientes, uno de nuestros mayores expertos en tiburones pelágicos, también apuesta fuerte y de vez en cuando me inunda el correo con centenares de fotografías y algún que otro vídeo. Un placer y un honor.
Gracias también a Pedro Niny Duarte, Nuno Sá, David Litchfield, Juanmi Alemany, Jacobo Alonso, Rafa Aso, Isaías Cruz, buen pintor y gran amante de los tiburones (en el sentido no bíblico), Joaquín Gutiérrez, Dani Insua (por las fotos de José Aller), los amigos de We Like Sharks Portugal, y más gente que seguro me dejo en el bolsillo, por la amable cesión de sus fotografías.
Otros amigos nos han echado un cable a través de las páginas de Facebook y Google +. Su desinteresado interés (permítaseme el juego de palabras) ha sido fundamental para completar y actualizar un par de artículos (gracias, Daniel Cano) y, sobre todo, para corregir un tremendo error de bulto. En este caso considero un privilegio (otro) haber contado con la ayuda de un especialista en Centrophorus (entre otros bichos) de la talla de Javier Guallart.
Finalmente, agradecer a Jorge Cicerón la magnífica fotografía que cierra este primer post del 2014 y que creí perdida para siempre (como buena acción de este año, le perdono no haberme "fotoshopeado" los calcetines blancos).

Muchas gracias también a nuestros lectores, por su confianza, por estar ahí. ¡Que este año hemos superado con creces las 100 000 visitas! Así da gusto.

Un fuerte abrazo para todos. Y que el 2014 sea más propicio que el año que acabamos de despedir.

Foto: Jorge Cicerón.

Edad y tasa de crecimiento del tiburón blanco

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Foto de Andrew Bazeley
Una vez más, los tiburones nos alegran el cuerpo con datos sorprendentes.
Es más que posible que el tiburón blanco (Carcharodon carcharias) sea uno de los tiburones más longevos, con una esperanza de vida que puede superar los 70 años. Es también posible que las hembras más grandes no sean las de mayor edad, más viejas que los machos de talla similar, sino que ocurra justamente al contrario: que los grandes machos sean los más viejos.
Estos son parte de los espectaculares resultados de un interesantísimo trabajo (1) recién publicado, que, de ser definitivos, van a suponer un vuelco radical en los conocimientos que tenemos sobre la edad y las tasas de madurez del tiburón blanco, con importantes implicaciones sobre el estatus y gestión de sus poblaciones actuales.

La base de este trabajo es la datación por carbono-14 de las vértebras de cuatro machos y cuatro hembras capturados entre 1967 y 2010 en el Atlántico NW la primera de este tipo que se realiza sobre tiburones blancos tomando como marco de referencia la acumulación de este isótopo radioactivo en los organismos marinos a consecuencia de las pruebas nucleares realizadas en la zona entre mediados de los 50 y los 60 del siglo pasado.
Para estimar la edad de los tiburones normalmente se recurre al cómputo de los anillos vertebrales o de las capas de crecimiento de dientes y otolitos (cristales de carbonato cálcico presentes en el sistema vestibular de los peces), a la manera de los anillos de crecimiento de los troncos de los árboles, en la suposición de que el crecimiento anual se va a traducir en la formación y superposición de una nueva capa de tejido sobre la anterior. Sin embargo, no se puede demostrar de manera concluyente que la formación de tales anillos tenga carácter anual, lo cual rebaja considerablemente el nivel de exactitud de estas estimaciones.

De hecho, el trabajo lo que ha demostrado es que los anillos de crecimiento son anuales hasta que el tiburón alcanza un tamaño mediano. A partir de ahí parece que la sincronía entre edad y tasa de crecimiento se rompe. Cuando el tiburón llega a su madurez el ritmo de crecimiento se ralentiza, y puede ocurrir bien que se produzca una alteración en las tasas de deposición de nuevas capas de tejido, o bien que los anillos de crecimiento sean a partir de entonces tan extremadamente finos que se vuelvan indistinguibles. Ello explicaría la enorme diferencia entre los datos conseguidos mediante el carbono-14 y las estimaciones anteriores... ¡Una diferencia de más de 40 años! Hasta ahora la esperanza de vida del tiburón blanco se situaba en torno a los 30 años. El cómputo de anillos vertebrales había llegado hasta los 23 en los individuos de mayor talla, que eran hembras. Pues bien, de los 8 ejemplares estudiados, el de mayor edad resultó ser un macho de 493 cm LB (2)... ¡que tenía 73 años! O sea, prácticamente como las personas. Hasta en esto se nos parecen.

Por otro lado, en tiburones de tamaño similar, los machos resultaron ser sustancialmente más viejos que las hembras, lo cual, como señalábamos arriba, rompe todos los esquemas de lo que hasta ahora dábamos por cierto. El macho de mayor talla superó en 33 años a la hembra más grande, de 526 cm (FL) y 40 años de edad. Los otros tres machos tenían 9, 14 y 44 años, las hembras 6, 21 y 32. Como señala el trabajo, "WS81, la hembra de mayor tamaño, es casi un metro más larga y sin embargo 4 años más joven que el segundo macho más grande de nuestro estudio (WS57)".

Si estos datos se confirman en otras zonas del océano, el vuelco va a ser tremendo, no sólo a un nivel puramente científico, del conocimiento, sino en todo lo relativo a la conservación del tiburón blanco. Las especies que viven más años tienen también una tasa reproductiva extremadamente baja, tardan mucho en alcanzar la madurez sexual (3) y sus camadas suelen ser reducidas. En teoría, un animal más longevo tiene un mayor potencial reproductivo, lo que ocurre es que, en la práctica, eso lo hace mucho más vulnerable a los efectos de la pesca, bien como especie objetivo, bien como captura accidental. La tasa de recuperación de las poblaciones de tiburón blanco puede ser significativamente inferior a la estimada en la actualidad (ya de por si bastante baja), lo cual obligaría a una revisión urgente de todos los planes de gestión vigentes.
Es una carrera contrarreloj. Se nos va en ello la supervivencia de un animal extraordinario.

Massachusetts Department of Fish and Game.

[Más información sobre el bajo número de tiburones blancos en el océano en el artículo Quedan muy pocos tiburones blancos.]


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(1) Li Ling Hamady, Lisa J. Natanson, Gregory B. Skomal, Simon R. Thorrold (2014). "Vertebral Bomb Radiocarbon Suggests Extreme Longevity in White Sharks". PLoS ONE 9(1): e84006. doi: 10.1371/journal.pone.0084006. Salió publicado anteayer, 8 de enero, y es de acceso libre. Se puede descargar desde aquí.
(2) LB es la longitud de la bifurcación (FL, 'fork length', en sus siglas en inglés), es decir, la distancia desde el morro hasta el ángulo posterior de la aleta caudal, donde se origina su bifurcación en los lóbulos superior e inferior.
(3) Hasta ahora lo que sabemos es que las hembras maduran en torno a los 14 años de edad, aproximadamente cuando han alcanzado los 450-500 cm; los machos, por su parte, hacia los 10-12 años y los 350-400 cm. Seguramente estos datos deberán ser revisados a la luz de lo expuesto.

Vieja noticia sobre un nuevo tiburón duende

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Por esos mundos fue una magnífica revista de divulgación geográfica y científica. Fundada en el lejano 1900, contenía relatos de viajes y de aventuras exóticas, textos literarios, noticias y novedades científicas, etc., todo ello profusamente ilustrado con fotografías. Formaba parte de la conocida como "prensa de tijera", esto es, revistas que tomaban de publicaciones extranjeras cualquier noticia o asunto que los redactores considerasen de interés para su público, como es el caso del pequeño reportaje que hoy os presento aquí. 
Como veis, habla del descubrimiento en Japón de una supuesta nueva especie de tiburón duende, bautizada como Scapanorhynchus jordani. Es posible que una de sus fuentes haya sido el artículo, hoy ya un clásico, que Louis Hussakof publicaba el año anterior, 1909, en el Bulletin of the American Museum of Natural History (vol. 26, artículo 19) casi con idéntico título: "A New Goblin Shark, Scapanorhynchus jordani, from Japan". En general, el contenido está correctamente resumido y las fotografías son las mismas, excepto la imagen ventral de la cabeza del Scapanorhynchus, que no aparece en el artículo de Hussakof.
Sea como fuere, este pequeño reportaje resulta extraordinariamente interesante por dos motivos. Primero porque demuestra que en este país hubo una época en que la gente se interesaba genuinamente por los descubrimientos zoológicos procedentes de los rincones más lejanos del planeta, que por aquel entonces todavía era inmenso y estaba repleto de misterios (mucho más que en una sacristía). En segundo lugar, porque refleja parte de la historia taxonómica del tiburón duende, de las dificultades iniciales para ubicarlo en un taxón concreto: fue bautizado como Odontaspis, también como Mitsukurina, luego Scapanorhynchus, como sus parientes extintos, ya que se consideraba que las diferencias morfológicas no eran tan definitivas como para distribuirlos en diferente género. Posteriormente, tras un estudio más detallado, se llegaría a la conclusión contraria: que las diferencias sí eran importantes, de manera que el género Scapanorhynchus pasó a ser el de los tiburones duende extintos y Mitsukurina el del tiburón duende actual (dado que, además, no se encontraron rasgos con la suficiente entidad como para considerar la existencia de dos especies distintas, M. owstoni y M. jordani). 
Para mantener el delicioso saborcillo antiguo, transcribo literalmente el texto original respetando grafías y tildes. Tan solo he corregido algunas erratas evidentes.

El nuevo "tiburón duende" japonés

     De vez en cuando va á sorprender el mundo de los zoólogos el anuncio de haber sido descubierto en aguas del Japón algún ejemplar ictiológico nuevo ó de remota antigüedad. Y ello ocurre con tal frecuencia, que los zoólogos han empezado á considerar dichos mares como una especie de reino de las maravillas, como un misterioso reservorio animal donde habitan extrañas especies, muchas de ellas de un tipo arcáico, hace muchos siglos extinguido en los restantes mares del mundo.
     En esas aguas suelen los pescadores japoneses capturar entre las mallas de sus redes un tiburón de aspecto tan grotesco, que le ha valido entre los indígenas el nombre de tenguzameó tiburón duende. Uno de esos escualos es el llamado, científicamente, Mitsukurina Owstoni, en honor de los dos zoólogos que primero lo estudiaron, los profesores Kakichi Mitsukuri (japonés) y el naturalista Alan Owston, pero que hoy ha adquirido definitivamente el nombre de Scapanorynchus, que antes había sido aplicado á los dientes de las especies extintas de ese tipo de tiburón, descubiertas en las rocas del periodo cretáceo. Esta variedad era ya conocida desde hace doce ó catorce años, y si de ella nos ocupamos hoy, es como punto de comparación con otra variedad que acaba de ser descubierta en las mismas aguas, y que se ha bautizado con el nombre científico de Scapanorhynchus Jordani, para distinguirlo del Scapanorhynchus corriente.
     Como se observará en las fotografías adjuntas, este tiburón merece plenamente su apodo de duende; nada puede haber, en efecto, más fantástico que este pez, ni nada más grotescamente demoniaco que su cabeza. El ejemplar capturado, actualmente propiedad del Museo Nacional de Washington, mide desde el extremo de su protuberancia frontal hasta la punta de la cola unos tres metros y medio, pero, según todas las probabilidades, los mares japoneses tienen en su seno Scapanorhynchus J. un metro mayores. Los dientes son muy afilados, cortantes y corvos como la garra de un ave de rapiña. Su voracidad, á juzgar por los restos que se hallaron en el estómago del ejemplar capturado, es tan enorme como la de todos los escualos. Habita, para fortuna de los bañistas japoneses, en aguas profundas, y jamás se acerca á las orillas, aún cuando en ellas soliciten su apetito carnes abundantes y frescas. En cuanto á las diferencias morfológicas entre el tiburón Jordani y el Owstoni, basta contemplar las fotografías para advertir las dos más salientes. En primer lugar, la nueva especie se distingue por su menor desarrollo de las mandíbulas, y luego por la forma y colocación del ojo, que en el tipo Jordani se encuentra situado en el punto medio de la mandíbula superior, mientras que en el tipo Owstoni, se halla más hacia la parte posterior de la misma.
Por esos mundos, 1 de abril de 1910, pp. 545-46.

Quién les iba a decir a los curiosos lectores de Por esos mundos que a apenas un puñado de leguas de la Corte habitaban esos mismos bichos de aspecto tan terrible y antediluviano que aparecían allá en el Japón.

[Para saber más sobre el tiburón duende (el actual), véase el post Tiburón duende (Mitsukurina owstoni).]

En peligro la cuarta parte de los tiburones y rayas del mundo

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Miles de aletas puestas a secar en los tejados de Hong-Kong (foto: Sharon Kwok).

La cuarta parte de los tiburones y rayas del mundo está en peligro.

El pasado día 21 la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, UICN (o IUCN, en sus siglas en inglés), publicó los resultados de un impresionante trabajo de evaluación de la situación de las poblaciones mundiales de condrictios (grupo que incluye a los tiburones, las rayas y las quimeras) llevado a cabo por más de 300 especialistas del SSG (siglas del Shark Specialist Group, 'Grupo de Especialistas en Tiburones') procedentes de 64 países. Se trata del primer estudio de esta naturaleza jamás realizado a nivel global.
Fueron 1041 las especies evaluadas, y los resultados no pueden ser más deprimentes. Veamos:

1. Datos de especies: 249 de 1041 en peligro (el 24%): Esta cifra incluye las especies positivamente evaluadas y las estimaciones realizadas sobre aquellas de las que todavía carecemos de datos completos.
De las primeras, 181 (el 17,4% del total) se encuentran amenazadas en diverso grado:
          -25 especies (el 2,4%) están clasificadas como En peligro crítico;
          -43 (4,1%), En peligro;
          -113 (10,9%) obtienen el estatus de Vulnerables, el grado más bajo de amenaza.

Otras 132 especies (12,7%) están clasificadas como Casi amenazadas, y tan solo 241 (23,2% del total) se las considera como Preocupación menor. Aquí están las cifras, que incluyen el número de especies evaluadas en cada taxón y, entre paréntesis, su porcentaje sobre el total:

       1)RAYAS: 539 (51,8)
              -En peligro crítico: 14 (1,3)
              -En peligro: 28 (2,7)
              -Vulnerables: 65 (6,2)
              -Casi amenazados: 62 (6,0)
              -Preocupación menor: 114 (11,0)
              -Datos insuficientes: 256 (24,6) 

       2) TIBURONES: 465 (44,7)
              -En peligro crítico: 112 (1,1)
              -En peligro: 15 (1,4)
              -Vulnerables: 48 (4,6)
              -Casi amenazados: 67 (6,4)
              -Preocupación menor: 115 (11,0)
              -Datos insuficientes: 209 (20,1) 
 
       3) QUIMERAS: 37 (3,6%)
              -En peligro crítico: 0
              -En peligro: 0
              -Vulnerables: 0
              -Casi amenazados: 3 (0,3)
              -Preocupación menor: 12 (1,2)
              -Datos insuficientes: 22 (2,1)

Casi la mitad de las especies (n=487, el 46,8% del total) aparecen bajo la etiqueta Datos insuficientes. Esto quiere decir que sabemos muy poco o casi nada de ellas como para poder evaluar positivamente su situación (pensemos, por ejemplo, en información tan fundamental como las tasas reproductivas). Sin embargo, ocurre que esta deficiencia puede esconder una una realidad sumamente preocupante. Las estimaciones y predicciones realizadas sobre estas especies, habitantes sobre todo de la plataforma (38,4% de 482) y talud inferior (57,6%), concluyen que más de la mitad se enfrentan a algún tipo de riesgo: al menos el 24% están amenazadas (n=249) y más de una cuarta parte, el 29,9% (n=312), casi amenazadas. Tan solo el 37,4% (n=389) podrían considerarse como preocupación menor.
En general, las especies más amenazadas son las que tienen mayor talla y viven en aguas más someras, más fácilmente accesibles a los aparejos.

La creciente demanda por parte de China de branquias de manta raya ha desencadenado su caza indiscriminada. (Foto: Manta Ray of Hope).
2. Las rayas son los condrictios más amenazados: Otro dato sorprendente es que son las rayas (Batoidea) las especies más amenazadas, más que los tiburones (Selachimorpha): 107 especies frente a 74. De las siete familias más amenazadas cinco son rayas y solo dos tiburones: los angelotes (Squatinidae) y los zorros marinos (Alopiidae). 
Ninguna de las 37 especies de quimeras está amenazada... por el momento.

       Las familias más amenazadas:
              1. Pristidae (peces sierra)
              2. Squatinidae (angelotes)
              3. Rhynchobatidae (peces guitarra)
              4. Narkidae (tembladeras de nariz corta)
              5. Dasyatidae (pastinacas)
              6. Rhinobatidae (peces guitarra)
              7. Alopiidae (zorros marinos)

       Las familias menos amenazadas:
              8. Etmopteridae (tollos)
              9. Scyliorhinidae (pintarrojas)
              10. Arhynchobatidae (rayas)
              11. Chimaeridae (quimeras)
              12. Dalatiidae (negras)

Como veis, las especies que habitan las aguas más profundas son las menos amenazadas, seguramente porque están fuera del alcance de las diversas artes pesqueras... por el momento.
La conclusión parece evidente: las rayas están desapareciendo en silencio, delante de nuestros ojos miopes. Su situación, bastante más grave que la de sus parientes los tiburones, se nos ha pasado desapercibida. Nadie, excepto un puñado de especialistas, ha reparado en ellas para denunciar su situación. Para el grueso de la opinión pública mundial, apenas existen (2).

3. Cifras por hábitat. Número de especies amenazadas por hábitat. Entre paréntesis, el porcentaje sobre el total:

     a) Costeras y plataforma continental: 482 especies (46,3%), de las cuales 127 (26,3%) están amenazadas:
            -En peligro crítico: 20 (4,1)
            -En peligro: 26 (5,4)
            -Vulnerables: 81 (16,8)
            -Casi amenazados: 73 (15,1)
            -Preocupación menor: 97 (20,1)
            -Datos insuficientes: 185 (38,4)

     b) Neríticas y epipelágicas: 39 especies (3,7%), 17 (43,6%) amenazadas:
            -En peligro crítico: 0
            -En peligro: 3 (7,7)
            -Vulnerables: 14 (35,9)
            -Casi amenazados: 13 (33,3)
            -Preocupación menor: 5 (12,8)
            -Datos insuficientes: 4 (10,3)

     c) Aguas profundas: 479 (46%), 25 (5,2%) amenazadas:
            -En peligro crítico: 2 (0,4)
            -En peligro: 6 (1,3)
            -Vulnerables: 17 (3.5)
            -Casi amenazados: 45 (9,4)
            -Preocupación menor: 133 (27,8)
            -Datos insuficientes:276 (57,6)

     d) Mesopelágicas: 8 (0,8%), ninguna amenazada.
            -En peligro crítico: 0
            -En peligro: 0
            -Vulnerables: 0
            -Casi amenazados: 0
            -Preocupación menor: 4 (50,0)
            -Datos insuficientes: 4 (50,0)

     e) Agua dulce: 33 (3,2%), 12 (36,4%) amenazadas.
            -En peligro crítico: 3 (9,1)
            -En peligro: 8 (24,2)
            -Vulnerables: 1 (3,0)
            -Casi amenazados: 1 (3,0)
            -Preocupación menor: 2 (6,1)
            -Datos insuficientes:18 (54,5)

4. Causas: Fundamentalmente son dos: la sobrepesca (como especies objetivo o como capturas accidentales) y la degradación y destrucción del hábitat, aspecto particularmente alarmante en las especies de agua dulce (actualmente 33 tiburones y rayas viven en este medio).
Y por supuesto no hay que olvidar que la biología reproductiva de los condrictios no es precisamente propicia a cualquier tipo de explotación pesquera: la mayoría de estas especies son de crecimiento lento, madurez tardía y baja productividad, lo cual aumenta considerablemente el riesgo de colapso de las poblaciones sometidas a un determinado grado de esfuerzo pesquero.
A pesar de ello, la mayor parte de las pesquerías carece de cualquier tipo de regulación y, por si fuera poco, el grueso de las capturas reportadas es inferior a las capturas reales, de manera que es más que probable que la situación pueda ser incluso peor de lo que creemos saber.
Los tiburones y las rayas se pescan por su carne, por el aceite de sus hígados (utilizado por la industria farmacéutica y cosmética) y, cada vez más, por sus aletas, que llegan a alcanzar precios estratosféricos en el mercado asiático (sobre este punto, las aletas más apreciadas para la dichosa sopa son las de batoideos como los peces sierra y los peces guitarra); el cartílago y otros derivados tienen también su demanda, pues se emplean para fabricar diversas medicinas y remedios tradicionales contra todo tipo de enfermedades, desde el reumatismo hasta la impotencia (de más está decir que su eficacia es nula) (3).

5. Las zonas más arrasadas del planeta: La IUCN advierte que al menos 28 poblaciones locales o regionales de tiburones y rayas se han extinguido por completo.
Las zonas del planeta más azotadas son el triángulo Indo-Pacífico, sobre todo el golfo de Tailandia (48 especies amenazadas por 0,36 M de km2), el Mar Rojo (29 especies amenazadas) y el Mediterráneo (en torno al 40% de los tiburones y rayas está en peligro).
Conclusión: Tres puntos para una reflexión final:
  • Primero: Los condrictios constituyen uno de los grupos más antiguos y ecológicamente diversos del Planeta.
  • Segundo: Pero es también uno de los grupos más severamente amenazados de todos los vertebrados de la Tierra.
  • Tercero: Es el que tiene el menor número de especies consideradas como Preocupación menor (el 23,2% del total evaluado).

Este año 2014 la Lista Roja de la IUCN cumple 50 años, y lo celebra así, con esta sonora y desesperada bofetada. A ver si algo se mueve dentro de nuestras conciencias y, sobre todo, las conciencias de quienes nos (mal)gobiernan, cosa que jamás va a suceder si nosotros no les obligamos de alguna forma.


UN GRAN TRABAJO.


Lista Roja IUCN
Shark Specialist Group

>> Véase también el post 100 millones de tiburones muertos cada año.
 
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(1) Dulvy, Nicolas K. et al. (2014). "Extintion risk and conservation of the world's sharks and rays."eLife, 2014;3:e00590.
Es una publicación de acceso libre que podéis descargar pinchando aquí mismo.

(2) Haced la prueba y contad cuántas páginas, blogs como este, grupos de Facebook, etc. están dedicados exclusivamente al mundo de las rayas. Tal vez sea hora de que hagamos algo. Y rápido.
(3) Alguien debería estudiar seriamente esta obsesión enfermiza de la medicina tradicional oriental por tratar la impotencia y otras afecciones de la virilidad masculina de los naturales.

Nuevo Fondo Europeo para la Pesca 2014-2020

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Arrastreros congeladores en el puerto de Vigo (foto de Ricardo Grobas tomada de El Faro de Vigo).

El pasado 28 de enero el Parlamento Europeo y el Consejo de Pesca llegaron a un acuerdo sobre la nuevas subvenciones al sector pesquero para el periodo 2014-2020. Serán 6 396 millones de euros los destinados a respaldar las nuevas líneas de la política pesquera común (la famosa PPC).
Por desgracia, el resultado parece respaldar a quienes augurábamos un futuro gris oscuro a negro para la pesca y la salud de nuestro océano. Las esperanzas que muchos albergaban de que al fin la UE, tal como se comprometió a hacer el año pasado, iba a apostar definitivamente por una política pesquera sostenible acabando con los subsidios que aumentaban la capacidad pesquera de la flota, quedaron truncadas para unos cuantos años más.

Por un lado, es cierto que el acuerdo contempla medidas sin duda positivas, como el aumento del presupuesto para la recolección de datos científicos, el refuerzo del control para el cumplimiento de la normativa y la lucha contra la pesca ilegal (cerca del 40% de los desembarcos son ilegales), o la suspensión de las subvenciones para aquellos estados o particulares que incumplan las normas establecidas en la PPC. Algo es algo. Por aquí no son infrecuentes los casos de grandes armadores con sentencias firmes que siguen recibiendo fondos millonarios de dinero público. Haremos bien en no fiarnos.

Por otro lado, por el lado oscuro, se mantienen las subvenciones para la modernización y sustitución de motores (donde hay que incluir, evidentemente, los motores de los letales arrastreros):
  • Los buques de menos de 12 m podrán mantener la misma potencia.
  • Los buques de entre 12-18 m serán subvencionados siempre y cuando los nuevos motores tengan un 20% menos de potencia que los originales.
  • De 18 m en adelante, sólo se subvencionarán motores con un 30% menos de potencia que el original.
Difícilmente se logrará así el compromiso de reducción de la capacidad pesquera. También se mantienen las subvenciones a la flota que faena en aguas no comunitarias en caso de ruptura de los acuerdos pesqueros con terceros países (hasta 6 meses de dinero gratis).

En octubre pasado más de 200 científicos de primera fila (1) remitieron una carta a todos los sufridos eurodiputados para expresarles su preocupación por la dramática situación de los mares europeos y explicarles la necesidad de aprovechar la inminente revisión de la PPC para poner en marcha una política de eliminación de las subvenciones a la pesca industrial como única forma de frenar la sobrepesca. Aquí tenéis un fragmento:
Nuestra experiencia en el estudio de los ecosistemas oceánicos y la pesca en el mar nos ha permitido presenciar los enormes cambios que han tenido lugar en el medio marino y en su explotación. En tan solo unas décadas, el desarrollo de la tecnología ha permitido a los buques pescar a distancias y profundidades antes inimaginables, capturando así grandes cantidades de pescado que ya no son sostenibles. Muchos stocks pesqueros, incluyendo los de especies en lo alto de la cadena alimentaria marina, se han visto reducidos a una mínima parte de sus niveles históricos.
En el pasado, las subvenciones han contribuido a incrementar la capacidad de la flota de la UE financiando con ingentes sumas de dinero la construcción de nuevos buques. Como consecuencia, se estima que la flota pesquera de la UE es entre dos y tres veces mayor que lo que permitiría una actividad pesquera sostenible. Un 39% de los stocks evaluados en el Nordeste Atlántico y un 88% en el Mediterráneo sufren sobrepesca.
Pese al precario estado de los océanos, muchos Estados Miembros continúan otorgando significativas subvenciones a su sector pesquero. Estas suponen un incentivo económico a la sobrepesca que reducirlas sería una de las acciones más importantes que podrían emprenderse para combatirla. Un informe del Banco Mundial concluía que la aportación de subvenciones refuerza la "trampa de pobreza" del sector al incentivar mayores inversiones y esfuerzo pesquero en pesquerías que ya están sobreexplotadas. Las pérdidas económicas en las pesquerías mundiales resultantes de las ineficiencias (subvenciones incluidas) y de la sobrepesca ascienden a 50.000 millones de dólares al año (34.200 millones de euros). La actual reforma del FEMP representa la oportunidad perfecta para eliminar subvenciones perniciosas para el medio ambiente en el periodo 2014 a 2020 y cambiar el rumbo de la pesca en Europa.
Continuar gastando fondos públicos en subvenciones perniciosas para el medio ambiente hundirá más aún a las pesquerías europeas en la crisis. 
Para ser justo, hay gente que considera que pesan más los aspectos positivos que los negativos de esta nueva PPC: parece que no se subvencionará la construcción de nuevos buques, se establecen ayudas para el desarrollo y puesta en marcha de prácticas de pesca sostenible, a pequeña escala, búsqueda de alternativas laborales para los jóvenes marineros... El tiempo lo dirá, aunque a uno le puede el pesimismo ilustrado por tantas decepciones.

Por mi parte, ojalá no se equivoquen.


>> Para más información sobre las desmesuradas subvenciones a la pesca, tanto en Europa como a nivel mundial, véanse los siguientes posts:

La pesca insostenible subvencionada (I).
La pesca insostenible subvencionada (II).
La pesca insostenible subvencionada (III): España.
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(1) La carta la firma gente de la talla de Alejandro Aguilar, Callum Roberts, Rainer Froese, Enric Sala, Daniel Pauly, etc. Podéis descargala pinchando aquí.

El salto del brevipinna

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Foto tomada del blog BHI Conservancy.
De estos bichos no tenemos en Galicia, pero no importa. En esto de los tiburones, como en todo, es bueno saber qué cosas se esconden más allá de nuestras narices. En realidad, es fundamental. Lo contrario nos conduce inexorablemente al paletismo, objetivo inconfesado de las diferentes reformas educativas impuestas por unos y otros, además de privarnos del placer de conocer, por ejemplo, a criaturas tan extraordinarias y sorprendentes como la que hoy os presento aquí a modo de curiosidad: el jaquetón picudo (Carcharhinus brevipinna), uno de los tiburones más saltarines.

El jaquetón picudo o jaquetón de aleta negra es conocido en inglés como spinner shark (de spin, 'girar') por su particular método de caza, que consiste en atravesar de abajo arriba los bancos de peces girando sobre su propio eje para pegar dentelladas a un lado y a otro. El impulso los lleva fuera del agua en espectaculares saltos en los que pueden llegar a dar hasta tres giros completos antes de caer, normalmente de espaldas. Las presas se las traga enteras, ya que carece de dientes cortadores (son puntiagudos, más bien hechos para apresar): sardinas, arenques, caballas y otros peces pelágicos, además de cefalópodos y pequeños condrictios.
No está considerado como una especie peligrosa para el hombre, aunque puede suponer una amenaza cuando se aproxima a los buceadores que practican pesca deportiva. Puede llegar a medir hasta 278 cm, o sea, que es un bicho que merece ser respetado.

El C. brevipinna vive en mares templados a cálidos, excepto el Pacífico, con frecuencia en aguas superficiales cerca de la costa. En España se le encuentra en la franja sur del Mediterráneo e islas Canarias.

Composición de Mark Mohlmann tomada de australianmuseum.net
Nos gusta conocer otras cosas.











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