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Fotografía de Fred Buyle. https://nektos.net
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Desde Spielberg, el gran tiburón blanco se ha consolidado como el monstruo de referencia de nuestro imaginario colectivo. Es el terror impredecible (y fascinante) que acecha en el océano oscuro de nuestro subconsciente: una criatura fría, desprovista de sentimientos y ajena a toda lógica humana que nos observa atentamente desde un lugar que no es el nuestro. Por eso nos gusta que sea muy grande y fiero, cuanto más mejor. Porque los monstruos tienen que ser eso, monstruosos.
0. Ávidos de monstruos. Las noticias sobre avistamientos y capturas de tiburones blancos de gran porte suelen tener por ello una entusiasta acogida entre el público. No importa si son reales, si tienen un poquito de verosimilitud o si son un completo disparate, enseguida llenan los medios de comunicación y las redes sociales, y de vez en cuando hasta se cuelan en algunas publicaciones divulgativas y en ciertos documentales (es que estas cosas venden muy bien). Algunas noticias consisten simplemente en testimonios apócrifos, otras en testimonios absolutamente imaginarios y en no pocas veces, en puras exageraciones. La tentación de fabricar un monstruo es demasiado golosa y, para algunos, difícil de resistir: pescadores, periodistas, incluso algún que otro científico.
Richard Ellis¹ relata como a principios de 1981 recibió una carta del editor del Guinness Book of Animal Facts & Feats (el Guinnness de los animales) con la fotografía de un tiburón blanco que —decía— había sido capturado en la isla de San Miguel, en las Azores, en julio de 1978 y que medía 29,6 pies, es decir, nada menos que ¡nueve metros! Al año siguiente logró organizar el deseado viaje al archipiélago para buscar testigos, más fotos, restos del animal, noticias de algún tipo. Visitó tres islas, preguntó a pescadores y periodistas, investigó en el museo de Ponta Delgada, incluso llegó a poner un anuncio en la prensa local ofreciendo una recompensa por un diente, y lo que encontró fue nada, humo. Ni siquiera pudo hablar con el supuesto autor de la foto, un pescador llamado Trevor Housby, porque resulta que vivía en Inglaterra. Lo más desconcertante es que este señor, que por lo visto era autor de varios libros sobre pesca "deportiva", más tarde aseguró que en realidad la foto no la había hecho él, sino un fotógrafo llamado "Silvano" que nadie sabía quién era. Total, que Ellis se volvió tal como había llegado. La fotografía se publicó igualmente en la tercera edición del Libro Guinness de 1982 con la información de que había medido 900 cm pese a que no existía evidencia alguna que avalase siquiera la verosimilitud de semejante dato².
En la actualidad todo lo que queda del tiburón de las Azores es, parafraseando a Góngora, humo, polvo, sombra, nada. Tan solo una foto en blanco y negro que, por poder, pudo haberse hecho hasta en Santa Uxía de Ri💙eira, provincia de la Coruña.
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Fig. 1: 1 y 2. Fotos del enorme tiburón blanco capturado en Iquique publicadas en la prensa del momento. 3. El tiburón de las Azores: los 9 m iniciales se quedan en 5-6.
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1. El deseo y la realidad. Está claro que una cosa es lo que nos gustaría creer —y lo que nos quieren vender— y otra muy distinta lo que de verdad puede constatarse de una forma objetiva, científica. En su gran libro sobre el tiburón blanco, Richard Ellis y John McCosker sostienen que las grandes tallas enseguida empiezan a encogerse en cuanto aparece un observador responsable con una cinta métrica. Hay que reconocer que algunos científicos son en exceso fríos y tajantes para nuestra mentalidad ávida de monstruos —yo creo que algunos hasta disfrutan siéndolo—, pero supongo que ese es su papel, bajarnos a tierra, sobre todo cuando el panorama comienza a llenarse de monstruos con pretensiones de realidad. Ante cualquier noticia sobre un tiburón gigante, lo que toca es levantar la ceja y preguntar por la fuente y por las pruebas que pueda aportar, que deben someterse a verificación. De esto va la ciencia; lo otro es rica ficción.
El tiburón blanco (Carcharodon carcharias) es un bellísimo pez de gran porte que puede excepcionalmente llegar hasta los 600 o 640 cm de longitud total según la información científica más contrastada. Por encima de estas tallas los registros son muy difíciles o imposibles de verificar. Los tiburones blancos más grandes que se capturan suelen rondar los 500 cm y los 580 cm.³
El 23 de mayo de 1987 la prensa chilena recogía la noticia de un gigantesco tiburón de "7 m y una tonelada" que había sido capturado a seis millas de la localidad de Iquique, en la costa norte del país. Semejante notición atrajo la atención de Richard Ellis y John McCosker, quienes enseguida se pusieron en contacto con el Dr. Louis H. DiSalvo, un colega del Centro de Investigaciones Submarinas de la Universidad del Norte, en Chile, para ver qué podía averiguar. El zoólogo logró comunicarse con la armadora del pesquero, cuyos responsables "respondieron tímidamente que los periódicos estaban equivocados y que en realidad [el tiburón] había medido unos 5,8 m y pesado 1300 kg, medidos en una báscula de camiones"⁴.Como si un bicho de casi 6 m pareciese poquita cosa —poco gigantesco— y hubiera que ponerle un metro más.
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Fig. 2: Hembra de 5,35 m TL atrapada en una almadraba de la isla de Favignana, costa occidental de Sicilia, el ocho de marzo de 1987. Su estómago contenía un delfín de entre 150-200 kg. En el aparejo había también un macho que logró escapar con vida. Datos tomados de De Maddalena & Heim (2012).
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Los científicos reconocen que por diversas circunstancias a menudo resulta complicado medir la talla y el peso de los tiburones blancos de grandes dimensiones, por lo que muchas veces lo que se encuentran no son cifras definitivas obtenidas con una cinta métrica, sino estimaciones más o menos aproximadas, lo cual suele generar más especulaciones que certezas⁵. Por este motivo han estudiado métodos con los que aproximarse a la realidad de la forma más objetiva posible, como son las correlaciones estadísticas entre la longitud total y una serie de magnitudes anatómicas: altura del mayor diente de la mandíbula superior, perímetro de dicha mandíbula, tamaño de las vértebras situadas debajo de la primera dorsal o en posición inmediatamente anterior, longitud de las aletas, peso (cuando lo hay), etc.⁶ En algunos casos es posible ajustar los resultados combinando estas estimaciones con las obtenidas a partir de material fotográfico válido⁷ y, con suerte, con las declaraciones de testigos más o menos fiables. Y con todos estos ingredientes los científicos se enzarzan en largos debates donde se plantean dudas sobre la fiabilidad de las biometrías, dudas sobre el protocolo seguido para obtener alguna de ellas, dudas sobre la solidez de los cálculos y fórmulas de regresión, etc., dando lugar a todo un universo de cifras, gráficos y fórmulas por el que, como es natural, vamos pasar muy de puntillas.
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Fig. 3: A la izquierda, noticia publicada el 6/11/1987 en uno de los periódicos sensacionalistas por excelencia, el Sun:"Eso no es un tiburón, es una ballena". La crónica apuntaba una talla de siete metros. A la derecha, una foto del mismo ejemplar con una nota manuscrita apócrifa que indica 20,8 pies (634 cm), 5085 libras (2306 kg) y dientes de dos pulgadas (5 cm). Las fotos son impresionantes, pero algunas fuentes consideran que esta pobre hembra no llegaba a los 600 cm. Esta muerte innecesaria es una de las muchas infamias cometidas por un canalla despreciable con el aplauso de parte de la prensa local.
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2. Dos certezas universales sobre el tamaño. Entre tanta duda, lo único de verdad claro y demostrado en todo este asunto son dos cosas. La primera es que, como en las mayoría de los tiburones, las hembras del tiburón blanco son las que alcanzan mayores tallas, y tardan más en alcanzar la madurez: entre los 400-500 cm, frente a los 310-410 de los machos.⁸ Ellas pueden llegar a los 640 cm y ellos, a los 550, siempre hablando en general.⁹ De los 52 ejemplares listados abajo, 40 son hembras (dos de ellas, con ciertas dudas), tres son machos y de los nueve restantes no existe información sobre el sexo.
La segunda certeza es que, en todo lo que respecta al Carcharodon carcharias, el tamaño sí importa. Y mucho.
3.¿Cómo se mide un tiburón blanco? Como es obvio, la única medición fiable y definitiva es la que se obtiene agarrando un metro y extendiéndolo en línea recta a lo largo del animal desde la punta del morro hasta la cola. Pero claro, este método resulta un tanto engorroso cuando el bicho es muy grande y está muy vivo; solo funciona con ejemplares muertos o inmovilizados y amarrados a una lancha de investigación.¹⁰
Existen varios tipos de medidas de longitud. La mayor de todas es la longitud total (TL), que es la que se mide desde la punta del morro hasta el ápice del lóbulo terminal de la aleta caudal. Puede hacerse de dos maneras: con la cola en posición abatida (TOT) o en posición natural (TLn). La TLn representa aproximadamente cerca del 97% de la TOT (96,91% según lo estimado por De Maddalena, 2001). No siempre es posible conocer a cuál de ellas se refieren los diversos trabajos o referencias con que nos encontramos; en estos casos hablamos de longitud de un modo general, sin especificar, o bien indicamos simplemente TL.
Otras medidas que suelen manejarse son la longitud estándar o longitud precaudal (PRC), tomada desde el morro hasta el origen de la aleta caudal, y la longitud de la horquilla o longitud furcal (FOR), hasta el punto de unión de los lóbulos caudales en su borde posterior.
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Fig. 4: 1. Otras medidas utilizadas: PD1 (longitud a la primera dorsal), PP2 (longitud prepélvica) y PP2-PPI (distancia prepélvica-prepectoral). Dibujo de Alessandro De Maddalena tomado de De Maddalena et al. (2001) (editado). 2. Perímetro de la mandíbula superior seca (Dried Upper Jaw Perimeter). 3. Dimensiones del primer diente anterior superior (UA1): UA1H (altura del diente), UA1E1 (altura de la corona), UA1E2 (altura máxima de la corona). Los dibujos 2 y 3 (editado) son de Rhys Meyerkort, tomados de devianart.com.
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La longitud máxima (TL) más extendida en la literatura científica son los 6,4 m (21 pies) del famoso ejemplar capturado en Cojímar, una pequeña localidad pegada a La Habana, en 1945 o 1943, según algunas fuentes, y medido por el biólogo cubano Luis Howell-Rivero. Esta talla, sin embargo, ha sido cuestionada por científicos como J. E. Randall, quien concluye que los dientes y vértebras conservados se corresponden más con un ejemplar de alrededor de 5 m (las fotos tampoco le convencen).
¹¹ Otros especialistas, en cambio, restan solidez a estos cálculos y sostienen que no hay ningún motivo para considerar errónea la medición original, de ahí que siga siendo ampliamente aceptada.
Para añadir un puntito más de sabor al debate, existe una anotación manuscrita en el reverso de una de las fotos originales que indica, en español, lo siguiente (transcribo literalmente): "...el monstruo peso 7,125 lbr, midió 19 pies y medio, el hígado peso 1,005 lbr, fué atrapado en el año 1943".
¹² O sea, 594 cm. Pero ¿quién tiene razón, el biólogo o el autor del comentario?
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Fig. 5: Fotografías del "Monstruo de Cojímar", 1943 o 1945.
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Muy pocos tiburones blancos de gran talla han podido ser medidos de manera fiable. Para el biólogo de la NOAA José I. Castro, que en esto sigue a Randall (1987), el mayor de todos es una hembra de 597 cm (19,6 pies) capturada el 22 de marzo de 1984 en Ledge Point, Australia Occidental. De Maddalena¹³ añade dos más, también hembras: una de 574 cm (TLn) capturada en Bunbury, Australia, el dos de junio de 1991 y otra de 589 cm TOT, capturada en Sète, Francia, el trece de octubre de 1956. Esta última es el tiburón blanco de mayor tamaño con las biometrías completas correctamente realizadas y el mayor también que se conserva en el mundo de cuerpo entero. Se exhibe en el Museo Cantonal de Zoología de Lausana.
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Fig. 6: Izq. Sète,13 de octubre de 1956 (foto: Azais Polito). Dcha. El mismo ejemplar en exhibiciòn en el Museo de Zoología de Lausana (foto: Guy Oliver tomada de De Maddalena et al. 2003).
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Si las mediciones hechas por científicos son objeto de controversia, ya ni os cuento las realizadas por gente que no pertenece al ramo. El caso más célebre y estrambótico es el de la hembra capturada el 17 de abril de 1987 en Filfla, Malta, por Alfredo Cutajar. El inmenso bicho fue medido en Marsaxlokk por un entusiasta de los tiburones de nombre John Abela, dando la cifra alucinante de 714 cm. La noticia no tardó en saltar a los medios. ¡El ejemplar más grande jamás registrado! Y ahí empezó el follón. La medida fue contestada por autores como Fergusson, que la consideraba una exageración de libro. Para él, el animal no pasaba de los 550 cm. Las inconsistencias y contradicciones de los testimonios de algunos testigos no hicieron más que enredar todavía más la cuestión, tal como vemos en el relato que hace Alessandro De Maddalena¹⁴ de sus propias investigaciones. Alguno llegó a decir que Abela no había utilizado un metro para medir el tiburón, sino una cuerda. Para no extendernos: Abela siempre se ha reafirmado en su medición, declarando que incluso midió el tiburón dos veces para estar completamente seguro; Mollet et al. en 1996 consideran que parámetros como la altura del diente, el perímetro de la mandíbula superior y varias medidas de las aletas pectorales, así como el peso estimado, son consistentes con un ejemplar de 7 m, por lo que concluyen que no se puede descartar la medición original. Sus cálculos arrojan una horquilla de 460-700 cm. De Maddalena suma a todo esto el análisis de tres fotografías para obtener la estimación de 668-681 cm TOT, o bien 647-660 cm TLn (no sabemos si los 714 cm de Abela son TOT o TLn; según Fergusson, serían TOT).
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Fig. 7: Algunas imágenes del ejemplar de Filfla, Malta, 1987. 1. Foto: John Abela. 2. Alfredo Cutajar y el tiburón: el pescador no era consciente de que en ese momento el tiburón no estaba muerto del todo. Foto: Peter Antonenko. 3. Foto: John Gullaumier. 4. Foto tomada del Times of Malta. 5. Captura de vídeo sin autor.
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4. ¿Y qué ocurre cuando tenemos cinta métrica pero no el tiburón? Este suele ser el caso de los ejemplares históricos y de un buen número de capturas accidentales cuando el animal termina procesado, cortado en trocitos y comercializado de algún modo sin dar tiempo a que alguien se acerque con un metro, o a veces impidiéndole directamente que lo haga. Lo que nos llega son sobre todo dientes, mandíbulas, la cabeza entera, alguna aleta y, tal vez, alguna imagen. Los científicos se guardan la cinta métrica y agarran instrumentos adecuados para magnitudes más pequeñas; y también sus calculadoras, para los complicados cálculos de regresión que mencionábamos más arriba.
Por supuesto, también están las estimaciones que hacen pescadores y testigos, pero que es necesario calibrar con cuidado porque no siempre aciertan. Calcular a ojo la talla de un animal tan extraordinario, en todos los sentidos de la palabra, como un tiburón blanco de gran porte es tremendamente difícil, sobre todo cuando el encuentro es inesperado. Un dato curioso nos lo ofrece un estudio¹⁵ llevado a cabo en Australia en el que se observó que los pescadores tendían a subestimar las tallas de los ejemplares pequeños (>2,5 m) y a sobrestimar las de los más grandes, los de 3,5 m para arriba (por lo común solían ser de igual o mayor tamaño que sus embarcaciones); y, más sorprendente todavía, tanto pescadores deportivos como comerciales acertaban mucho más en las tallas de los tiburones de tamaño mediano, aquellos que rondaban los 3 m.
El 16 de julio de 1996, unos pescadores de Malindi, Kenia, se toparon con una hembra enorme que había quedado atrapada por la noche en sus redes, que estaban caladas a 35 m de profundidad a unos 8-10 km de la costa. La remolcaron a tierra y la despiezaron antes de que nadie pudiese medirla ni fotografiarla de cuerpo completo. Le calcularon unos 6,4 m; un paisano del lugar comentó que a lo largo de los años ya llevaban pescados varios tiburones blancos, pero ninguno de ese tamaño. Las diversas piezas del animal sumaron como mínimo 2200 kg, aunque parece que no las pesaron todas, como tampoco todos los embriones que portaba. Porque era una hembra: dentro llevaba entre seis y ocho embriones de alrededor de 3,5 pies (107 cm) y entre 10-20 kg, más unos diez que había abortado mientras estaba en la red, según afirmaron los pescadores. Solo la cabeza, que habían cortado, en un costado, a la altura de las aberturas branquiales y, del otro, por detrás de la pectoral, pesó 450 kg. Los científicos pudieron calibrar unas vértebras que teóricamente procedían de la sección comprendida entre las aletas pectorales y se pusieron a hacer cálculos. Por un lado, el peso, si era fiable, sería consistente con una talla de 6,3 m, similar a la estimada; por el otro, las vértebras, suponiendo que procediesen de la zona corporal que decían, se corresponderían con un ejemplar de unos 5,7 m, los cuales, sin embargo, concuerdan con un peso de 1625 kg. Conclusión: imposible confirmar esos 6,4 m, por lo que hay que tomarlos con mucha cautela.¹⁶
Pero el caso sin duda más importante es el de la captura accidental de uno de los ejemplares más grandes de la historia reciente. Ocurrió el uno de abril de 1987 en Kangaroo Island, Australia, a 40 millas al SSE de Cape Hart, cuando Peter Riseley se encontró un inmenso tiburón blanco enganchado en una red de enmalle que había calado a casi 35 brazas (64 m). El animal era demasiado grande para subirlo al barco, por lo que lo amarró a un costado y se llevó una aleta y la cabeza, que tardó cuatro horas y media en cortar. Aunque no pudo medirlo, el pescador estimó que rondaba los 23 pies (7 m) basándose en la distancia entre las bitas de proa y popa; incluso comentó que era un cálculo a la baja, puesto que el cuerpo del tiburón no estaba en posición recta, tieso, sino arqueado, doblado hacia abajo por su propio peso. Naturalmente, esta estimación fue revisada por los científicos.
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Fig. 8: 1. Andrew Brockoff, marinero del barco de Peter Riseley, posando con la cabeza y la enorme pectoral del ejemplar que acababan de encontrar. 2. Otra imagen del mismo ejemplar, con Peter Riseley a la izquierda. Fuente de ambas imágenes: Cappo, 1988. 3. Taiwan, 1997. 4. Isla de Jabuka, Croacia, 2003. Fuente: Soldo & Dulčić, 2005.
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John McCosker tuvo la oportunidad de examinar las mandíbulas en un museo de Sidney y en su opinión el tamaño de los dientes no se corresponde con un bicho de 7 m; y De Maddalena le calcula alrededor de 645 cm TOT (o 625 TLn). Sin embargo, otros especialistas como Michael Cappo y Mollet et al., concluyen algo bien distinto¹⁷. El primero, siguiendo las tablas de correspondencias propuestas por Randall y basándose en la altura del diente de mayor tamaño y el perímetro de la mandíbula superior, obtiene las tallas estimadas de 580 y 680 cm respectivamente; en su opinión, de haber habido un científico con cinta métrica en aquel momento y lugar, tal vez estaríamos hablando de un récord incontestable. Por su parte, Mollet et al., tomando también en consideración las dimensiones de la aleta pectoral, concluyen que este tiburón es más grande que el capturado en Filfla; sus cálculos arrojan una horquilla de entre 530 y 820 cm, con lo cual los 7 m del patrón les parece una longitud creíble.
Un caso bien extraño y desconcertante es el de la enorme hembra capturada, también accidentalmente, en agosto de 1983 en Alberton, Prince Edward Island, en el golfo de San Lorenzo (Canadá), parece ser que en un aparejo destinado al arenque. En Ellis y McCosker leemos que las autoridades apenas permitieron tomar unas fotografías mientras el bicho era desembarcado y subido a un camión para llevárselo de inmediato y así evitar "publicidad no deseada", de manera que nadie pudo medirlo, aunque los testigos le calcularon entre 17,5 y 20 pies (5,33 y 6,1 m). En su página White Shark Summary, Henry Mollet apunta la talla de 576 cm citando como referencia a Hubbell (1996), mientras que Mollet et al. (1996) le dan 610 cm (exactamente 6,096), también citando al mismo Hubbell.¹⁸ Sin embargo, los del Greenland Shark & Elasmobranch Education & Research Group (GEERG), proclaman que, con 17,17 pies (523 cm), la hembra de Alberton es el mayor ejemplar que ha podido ser medido con precisión en Canadá. Y aquí nos quedamos de piedra. Una búsqueda rápida en internet y nos encontramos dos reportajes donde testigos de aquella captura y desembarco explican queel tiburón fue enterrado sin cabeza en un vertedero y no fue examinado hasta tres semanas después por un biólogo, un tal Tom Hurlbut, del Canadian Department of Fisheries and Oceans.¹⁹ Uno de los testigos, autor, además, de las fotos, asegura que el pez medía mucho más de 5 m, confirmando que la estimación de Hubbell no iba muy desencaminada.
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Fig. 9: 1 y 2. Golfo de San Lorenzo, Canadá, agosto de 1983. Fotos de Jack Woolner tomadas de GEERG. 3. Favignana, Sicilia, 1953. Foto: Giusepe Guarassi. 4. Ganzirri, 196. Fuente: D. Sorrenti, tomada de De Maddalena, 2010.
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5. ¿Y si tenemos el tiburón pero no una cinta métrica? A esta casuística pertenecen los encuentros hombre-tiburón de los cuales lo único que nos llega son testimonios e imágenes, pero ningún trocito de bicho sobre el que extender un metro o abrir un calibre. Lo único que podemos hacer son estimaciones "a ojímetro", es decir, a partir de la observación del animal respecto de algún punto de referencia, obviamente sustentada por fotos o vídeos. En estos casos la polémica y los debates suelen ser más apasionados dependiendo de la credibilidad del testigo o testigos y del material que puedan aportar. Las exageraciones —las involuntarias y las que no lo son tanto— suelen ser mucho más abundantes, como es fácil imaginar, por parte de testigos, de algunos —siendo muy optimistas— medios de comunicación y en estos últimos años por las redes sociales, que han convertido esto en una locura.
Las estimaciones visuales no suelen ser en general muy ajustadas, incluso en aquellas situaciones en las que los encuentros con tiburones blancos están previstos y, además, pueden prolongarse a lo largo de unas horas o días, como son las actividades de ecoturismo. En un estudio realizado en una de las áreas más importantes para este tipo de negocio, las islas Neptuno, en Australia, se observó que el mayor grado de acierto provenía no de la experiencia en el mar y el contacto visual más frecuente, como es el caso de la tripulación de las embarcaciones, sino de los científicos, acostumbrados a observar y medir; en tercer y último lugar estaban las estimaciones de los clientes.²⁰
El ejemplo más mediático de estos últimos años es sin duda el de Deep Blue, la hermosota hembra que en 2013 se dejó filmar en Guadaluperodeando la jaula de Mauricio Hoyos en unas imágenes que dieron la vuelta al mundo. Este biólogo mexicano especialista en el tiburón blanco estima que debía de medir alrededor de 650 cm, pues pudo compararla con el tamaño de su lancha.²¹ Los mass media de todo el planeta se llenaron de fuegos artificiales: ¡El tiburón blanco más grande jamás filmado/documentado/visto! Y como era de esperar, otros especialistas no tardaron en rebajar las cifras. En su cuenta de Instagram, Michael Domeier, tal vez un poco picado, afirmaba que la cosa no era para tanto, que, de hecho, él ya llevaba vistos en las costas de California dos ejemplares que superaban claramente el tamaño de Deep Blue, uno en los Farallones y otro en las proximidades de punta Concepción.²² George Burgess, por su parte, le calcula como mucho unos 18 o 19 pies (549 o 579 cm).²³
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Fig. 10:Arriba. Capturas del famoso vídeo donde la mediática Deep Blue se deja saludar por Mauricio Hoyos. ¿550, 580, 600 o 650 cm? Abajo. Otra hembra de tamaño parecido a Deep Blue, con la cual se la suele confundir: Haole Girl, fotografiada en Oahu, Hawái. Foto tomada del Twitter de George T. Probst. |
6. ¿Y si no tenemos ni tiburón ni cinta métrica? Pues entonces lo único que nos queda es la fuente, su fiabilidad o el grado de confianza que nos merezca. En un lado de las escala tenemos casos tan folclóricos como el del famoso "submarino"²⁴, que aparece en varios documentales bastante ridículos. En el otro nos encontramos el testimonio de gente tan seria y solvente como el malogrado Juan Antonio Moreno, el mayor especialista en tiburones que ha dado nuestro país, cuyo testimonio me merece, particularmente, toda la credibilidad del mundo.
En 1982 el profesor Moreno pudo presenciar el desembarco en Dakar (Senegal) de una hembra gigantesca de tiburón blanco. Al parecer hubo problemas con los dueños del pez, quienes le impidieron tomar cualquier tipo de biometrías o de fotografías; no obstante pudo hacer una estimación midiéndolo dos veces con sus pies. Y el resultado quita el hipo: entre 8 y 9 metros. La mandíbula ya se la habían vendido a un norteamericano que pagó por ella 1000 dólares.
La honestidad intelectual de Moreno fue tal que nunca recogió esta observación en ninguna de sus publicaciones científicas, y solo ha podido ser conocida por el público gracias a que algunas de las personas que lo conocieron o pudieron tratarlo personalmente, también científicos de prestigio como Joan Barrull, Isabel Mate y Alessandro De Maddalena, decidieron recogerla en sus trabajos.²⁵ Otros ya habrían montado un insufrible circo mediático.
7. Los ejemplares más grandes. Y ahora, con todas las cautelas, os presento una lista con los 52 tiburones blancos más grandes registrados hasta hoy, de tallas medidas o estimadas, según acabamos de ver, por encima de los cinco metros y medio. 550 cm es una cifra redonda, bien vistosa y a la vez muy útil para establecer un punto de partida: muy pocos ejemplares por encima de esta longitud han podido ser medidos de forma científicamente incontestable. Como punto de llegada he dejado la cifra, igualmente redonda y vistosa, de los 700 cm (longitud aproximada). Es el límite máximo posible: si hasta aquí ya resultaba difícil verificar magnitudes y realizar cálculos estimativos, de los siete metros para arriba esto es de todo punto imposible.²⁶ Por el momento.
Son todos o casi todos los que están, pero por supuesto no están todos los que son o han sido (y ya os imagino a algunos/as apresurándoos a rebuscar entre vuestros libros, cuadernos o historiales de favoritos). Esto no es más que una selección entre otras posibles. El número máximo que me he fijado de 52 ejemplares entre 550 y 700 cm obliga necesariamente a elegir y a dejar fuera casos como mínimo igual de interesantes. He dejado fuera registros anteriores al siglo XX y también aquellos avistamientos de los que no existe evidencia alguna más allá del testigo o testigos y, tal vez, algunas fotografías difusas e imposibles de contrastar (fotos tomadas desde una embarcación, por ejemplo). Tampoco he incluido referencias recogidas en la literatura científica que considero poco significativas en lo que respecta a la talla o la zona de captura, como los ejemplares de alrededor de los 550 cm registrados en sus zonas habituales o en las que ya están suficientemente representadas en la lista. Como es natural viviendo en un país entre dos aguas, he tenido muy en cuenta los registros del Mediterráneo, tanto en aguas españolas como en el resto de países de esta cuenca, ya que en esta parte del Atlántico, por desgracia, no hay casi nada. El ejemplar que nos visitó hace poco no llegaba a nuestro mínimo establecido: los 4-5 m estimados no están nada mal, pero non chegan. Naturalmente, nada de ejemplares exhaustos aplastados sobre una plataforma fuera del agua con un machote de barbas agarrándoles la cola, y nada de rubias repipis y engoladas luciendo tipín mientras soban y se hacen selfies con estas criaturas majestuosas.
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Fig. 11: Enfola, isla de Elba, 1938. Fuente: De Maddalena, 2010.
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Los registros están ordenados por tamaños, aunque en muchos casos de manera aproximada e incluso imprecisa. Pero no puede ser de otra manera, habida cuenta de que muchos de los datos de partida lo son. La inmensa mayoría de las longitudes no son más que estimaciones que unas veces se han sustanciado en una cifra única modulada por expresiones del tipo "aproximadamente", "en torno a", "más de", y otras en un rango de tallas, algunas de límites igualmente imprecisos. Y para complicar un poco más la cosa, en muchos casos no sabemos con certeza si las tallas que tenemos son TOT o TLn, ni de qué manera han sido calculadas. Por este motivo no me he complicado demasiado buscando un orden imposible ni me he roto los cuernos tratando de unificar todas las magnitudes y ponerlas en TOT o TLn para elaborar alguna especie de tabla de clasificación con pretensiones científicas. Más bien al contrario, lo que he hecho es incluir ambas longitudes cuando así se recogen en los trabajos que he consultado; y como señalamos arriba, cuando no sabemos si son una cosa o la otra, simplemente dejamos TL. Que sea el lector quien decida. La idea que deseo transmitir es que nos movemos en un terreno extraordinariamente complejo, contradictorio e impreciso, que, más que firme, yo lo calificaría como "espumoso".
Las longitudes se dan todas en centímetros. Entre paréntesis se indica también el sexo (H, hembra; M, macho), cuando se conoce. Entre corchetes se incluye no la obra de referencia del registro, sino la obra u obras de donde he extraído la información, que no necesariamente coinciden.
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Fig. 12: La inmensa lamia o llamia de unos 550-600 cm capturada en la almadraba de Tabarca (Alicante) en agosto de 1946. Foto: Francisco Sánchez.
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52 DE LOS GRANDES
- ~700 TLn. Orig. >700 TL. (H?). Kangaroo Island, Australia. 1/04/1987. Fig. 8 (1, 2). [Discutido arriba]
- 670-700 TL. (H). Seven Star Lake, provincia de Haulien, Taiwán. 14/05/1997. Peso estimado de unos 2500 kg. Capturada en una red fija. Fig. 8 (3). [Christiansen et al., 2014]
- 668-681 TOT (647-660 TLn). (H). Medida inicial de J. Abela, 714 TOT. Blue Grotto, sur de Filfla, Malta. 17/04/1987. Peso de unos 2730 kg. Capturada con un palangre de superficie. Su estómago contenía una tintorera (Prionace glauca) de 220 cm (o 180 cm, según otras fuentes), un delfín de casi 250 cm cortado en dos o tres trozos, una tortuga boba (Caretta caretta) con un caparazón de 60 cm de diámetro y una bolsa de basura que todavía tenía cosas dentro. El pescador Alfredo Cutajar afirma que en la misma zona capturó en 1973 un ejemplar de 18 pies (casi 550 cm). Podéis verlo junto con John Abela en una entrevista para el famoso documental dirigido por Jeremy Taylor Jaws in the Med, de 1995. Fig. 7. [De Maddalena et al., 2001; De Maddalena & Heim, 2012] [Discutido arriba]
- 667-687 TOT. (H). L'Estaque, Marsella. 15/10/1925. Peso de 1500 kg con el pez eviscerado. El tamaño inicial se estimó en 600 cm, sin embargo tras el análisis del material fotográfico, De Maddalena calcula 667-687 cm TL. [De Maddalena & Heim, 2012]
- ~666 TOT (645 TLn). (H). Ganzirri, Sicilia. 19/06/1961. Alrededor de 1500 kg. Arponeada. Su estómago contenía un delfín de gran tamaño cortado en dos. Fig. 9 (4). [De Madalena et al., 2001; De Maddalena & Heim, 2012]
- 640 TL. (H). Cojímar, Cuba. 1943 o 1945. Capturada con línea y anzuelo amarrados a un bidón. Fig. 5. [Discutido arriba]
- 620-642 TL. (H). SW de la isla de Mallorca. Marzo de 1969. 2500 kg. Capturado por Guillem Ferragut en una almadraba. La talla inicial reportada fue de 8 m. [Morey et al., 2003; De Maddalena & Heim, 2012]
- ~620 TL. (M). Gallipoli, Italia. 18/09/1979. Peso de 2700 o bien unos 1700 kg. Capturado en una red de enmalle. En su estómago encontraron un par de zapatos, un tambor de lavadora, una muñeca, un hueso de jamón y una o varias latas de carne de 1 kg sin abrir. Fig. 14 (3). [De Maddalena & Heim, 2012]
- 618 TOT. (H). Islas Príncipe, mar de Mármara, Turquía. 15/04/1956. Alrededor de 3000 kg. Capturada en una línea preparada para el atún [Kabasakal, 2003]
- ~616 TL. (H). NE de la isla de Mallorca. 26/12/1963. 2200 kg. Capturado en la almadraba de Pep Borrás. Durante ese mismo invierno se capturó otro ejemplar de casi 4 m en el mismo sector de la isla. [Morey et al., 2003]
- 615-642 TL. (H). Cap Farrutx, Mallorca. 5/02/1976. Unos 2500 kg. Atrapada en la almadraba de Xisco Pérez. El estómago contenía una raya o una manta de gran tamaño. Fig. 13. [Morey et al., 2003; De Maddalena & Heim, 2012].
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Fig. 13: Hembra de al menos 615 TL atrapada en cap Farrutx, Mallorca el 5/02/1976. Fotos: F. Pérez.
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- ~600 o 660 TL. (M). Nusa Tenggara (Islas Menores de la Sonda Occidentales), Indonesia. 3/07/2013. Arponeado por unos pescadores para evitar que devorase la pesca mientras viraban el palangre. El animal era tan grande que tuvieron que cortarlo en cinco piezas para poder transportarlo y descargarlo en la lonja de Tanjung Luar, Lombok. La longitud estimada aparece como ~600 cm en el resumen de la comunicación científica y como "approximately 6.6 LT" en el texto. [Fahmi & Dharmadi, 2012]
- 602 TL. (H). Qingdao, Mar de la China Oriental. Año 2002. 2460 kg. [Christiansen et al., 2014]
- 601-618 TOT. Paliouri, Halkidiki, Grecia. 1985. Fig. 14 (2). [De Maddalena & Heim, 2012]
- ~600-650 (?) TL. (H). Guadalupe, México (Deep Blue). Fig. 10 (arriba).[Discutido arriba]
- >600 TL. Capo Pasero, Sicilia. 1960. Capturado en una almadraba. [De Maddalena & Heim, 2012]
- >600 TL. Golfo de Ajaccio, Córcega. 8/09/1976. Capturado en una red de enmalle. [Maliet et al., 2013]
- ~600 TL. (H). Islas Kuriates, golfo de Hammamet, Túnez. Finales de junio de 1975. Peso estimado de 2000 kg. Capturado en una mattanza o almadraba. Fig. 15 (1). [Zaouali et al., 2020]
- ~600 TL. Clyde Island, Eaglehawk Neck, Tasmania. 1982. Cerca de 2000 kg. Fig. 16. [elasmollet.org].
- ~600 TL. Kerkira, Grecia, 10/02/1991. Capturado en un palangre. El estómago contenía una tortuga boba intacta, con un caparazón de 60 cm de diámetro. [De Maddalena & Heim, 2012]
- 600 TL. Isla de Wae-Yeon, Chungman, República de Corea. 23/05/1981. [Christiansen et al., 2014]
- 597-613 TOT (579-594 TLn). (H?) Enfola, isla de Elba, Italia. 12/08/1938. 1800 kg. Capturada en una almadraba. Según los testigos, el perímetro de su cuerpo en la parte más ancha superaba los 4 m. El estómago contenía dos delfines. Fig. 11. [De Maddalena, 2001; De Maddalena & Heim, 2012]
- 597 TL. (H). Ledge Point, Australia Occidental. 22/03/1984. 1508 kg (3324 libras). Según Ellis y McCosker (1991, pág. 62) no fue ni arponeada ni capturada con caña, sino "lassoed". [Mollet et al., 1996]
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Fig. 14: 1. Golfo de Gabès, Túnez, 2004. Fuente: Saïdi et al. 2005. 2. Halkidiki, 1985. 3. Gallipoli, 1979.
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- ~594 TOT (575 TLn). (H). Isla la Formica, Isole Egadi, Sicilia. Mayo de 1974. Atrapada en una almadraba. 1500 kg; el hígado pasaba de los 300 kg. Su estómago contenía una cabra (Capra hircus), botellas y bolsas de plástico y un delfín de unos 80 kg posiblemente entero. [De Maddalena et al., 2001; De Maddalena & Heim, 2012]
- ~591 TOT (572 TLn). (H). Sète, Francia. 9/01/1991. Alrededor de 2000 kg. Atrapada en una red de arrastre. El estómago contenía cuatro delfines de entre 80-100 cm y dos peces espada. [De Maddalena et al., 2001; De Maddalena & Heim, 2012]
- ~589 TOT (571 TLn). (H). A tres millas de Maguelone, Sète (Francia), el 13/10/1956. Capturada en una red de enmalle de deriva para la pesca del atún. Alrededor de 2000 kg (360 kg solo el hígado). Perímetro corporal de 4 m en su parte más gruesa. Su estómago contenía dos delfines de unos 180 cm. El ejemplar fue adquirido por el Museo Cantonal de Zoología de Lausana, donde se preparó un molde perfecto que conserva las aletas y la dentadura originales. Fig. 6. [De Maddalena et al., 2003]
- 587 TL. (H). Golfo de Gabès, Túnez. 26/02/2004. Peso estimado de más de 2000 kg. Hembra grávida capturada en una red de cerco para atunes. Portaba cuatro embriones de entre 132-135 cm que pesaban entre 27,6y 31,5 kg: un macho y una hembra en el útero derecho y dos hembras en el izquierdo. Fig. 14 (1). [Saïdi et al., 2005]
- ~580 TL. (M). Capo Testa, Cerdeña, junio 1977. [De Maddalena & Heim, 2012]
- ~580 TL. (H). Favignana, Isole Egadi, Sicilia. 24/04/1980. Hembra capturada en una almadraba, en la que también venía un macho de 540 cm TL. En el estómago de la hembra encontraron parte de un esqueleto de pez espada y un delfín de unos 20 kg en dos trozos.[De Maddalena & Heim, 2012]
- ~580 TL. (H). Furubira, norte de Hokkaido, Japón. 31/05/1985. El día anterior habían capturado otra hembra de unos 520-540 cm en Todohokke, también en la isla de Hokkaido, pero en su costa meridional, la que da al Pacífico. Ambos ejemplares se pescaron cerca de la orilla con una red de enmalle. [Nakano & Nakaya, 1987]
- ~580 TL. (H). Iquique, Chile, 23/05/1987. Fig. 1 (1, 2). [Ellis & McCosker, 1991] [Discutido arriba]
- 580 TL. (H). Zhejiang, mar de la China Oriental. 1/11/2001. El ejemplar se conserva en el Museo de Historia Natural de Zhejiang. [Christiansen et al., 2014]
- 576-610 LT. (H). Alberton, Prince Edward Island (Canadá). 4/08/1983. En su estómago había restos de dos marsopas de seis pies (1,8 m) y varios bacalaos que posiblemente habían caído previamente en la red. [Discutido arriba]
- 574 TLn. (H). Bunbury, Australia. 2/07/1991. Figs. 9 (1, 2) y 18. [Mollet et al., 1996]
- 570 o 670 TOT. (H). Ghar El Melh, Túnez. 4/02/89. 2032 kg. [De Maddalena & Heim, 2012].
- 570-640 TL. (H). Malindi, Kenia. 16/07/1996. Portaba 6-8 embriones de alrededor de 100 cm y había abortado unos 10 mientras estaba en la red en la que había quedado atrapada. [Cliff et al., 2000] [Discutido arriba].
- 570 TL. Chikura, Chiba (Japón). 29/12/1992. [Nakaya, 1994]
- 570 TL. (H). Isla de Jabuka, Croacia. 24/06/2003. Peso aproximado de 2500 kg. Los pescadores a bordo de un cerquero que rodeaba un banco de atún rojo (Thunnus thunnus) observaron que los peces huían antes de que se cerrara la red; más tarde descubrieron al enorme tiburón atrapado dentro. Fig. 8 (4). [Soldo & Dulčić, 2005]
- 567-600 TL. (H). Gansbaai, Sudáfrica, 17/01/1987. [Mollet et al., 1996]
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Fig. 15:1. Túnez, 1975. 2. Camogli, 1954. La información original hablaba de 7 m, la estimación de De Maddalena & Heim (2012) es de 520-550 cm. 3. Taiwán NE, 27/10/2012. En la prensa le daban 6 m, los científicos (Christiansen et al., 2014), estiman alrededor de 5 m. Foto: news.ltn.com.tw. |
- 563 TL. (H). Islas Anacapa, California. 6/11/1985. [Mollet et al., 1996]
- 555 TL. (H). Kin, Okinawa, Japón. 16/02/1985. 1970 kg. Preñada. Capturada con palangre. Fig. 17.3. [Ushida et al. 1996]
- 555 TL. Tetuán, Marruecos. Principios de marzo de 1980. [De Maddalena & Heim, 2012]
- 555 TL. (H). Firth of Thames, Waiheke Island, Nueva Zelanda. Hacia el 9/11/2003. Hembra con 3-5 crías de alrededor de 150 cm. [elasmollet.org]
- 555 TL. (H). Ning Puo, China, 2005. 2530 kg. [Christiansen et al., 2014]
- 554 TL. (H). Israelite Bay, Australia. 20/07/1980. [Mollet et al., 1996]
- 554 TL. (H). Whyhalla, Australia. Enero de 1984. [Mollet et al., 1996]
- 552 TL. (H). Shimamaki, Hokkaido, Japón. 21/04/1992. 2500 kg. Capturada con una red fija. [Nakaya, 1994
- 550-597 TL. NE de Mallorca. Febrero de 1969. 1250 kg. Capturado en una almadraba. En el mismo mes y sector se capturaron otros dos ejemplares, uno de alrededor de 477 cm y otro de unos 513-535 cm, igualmente en almadrabas. Fig. 17 (1). [Morey et al., 2003]
- 550-567 TL. (H). Zona NE de la isla de Mallorca. Enero de 1967. 1700 kg. Capturada en una almadraba. En octubre de ese año se capturó un macho de entre 450-567 cm TL en otra almadraba al NW de la isla. [Morey et al., 2003]
- 550-552 TL. (H). Isla Catalina, California. 13/06/1976. Arponeada a 14,8 km de la isla. Peso de 1514 kg. Circunferencia corporal de 3.1 m. [elasmollet.org]
- ~550 TL. (H). Tabarca, Alicante. 10/08/1946. 1790 kg. Capturada en la almadraba. Según el Diario Información de Alicante, medía "6 m de largo y dos y medio de diámetro en la parte más ancha", si bien De Maddalena & Heim rebajan un poco esta cifra hasta los 550 cm. El mismo periódico señala que "alrededor de cuarenta hombres intervinieron en la operación de desembarco". El hígado pesó unos 300 kg y de él se extrajeron cien litros de aceite. El estómago contenía un atún de 40 kg. Tanto la foto de Francisco Sánchez como estas referencias proceden del excelente blog lafogueradetabarca.blogspot.com. Fig. 12. [De Maddalena & Heim, 2012]
- ~550 TL. [H]. Favignana, Isole Egadi, Sicilia. 29/05/1953. Peso superior a 1700 kg. Capturada en una almadraba, pero logró romper las redes y huir; fue rematada con una ametralladora por una grupo de militares. Su estómago contenía una buena cantidad de peces de gran talla, un atún de 15 kg, una lata de 5 kg y basura. Fig. 9 (3). [De Maddalena & Heim, 2012]
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Fig. 16: Montaje realizado a partir de un ejemplar de unos 6 m capturado en 1982 en Tasmania contra una caravana McLouis Menfys van-3.
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8. Conclusiones. Es evidente que aunque la longitud máxima registrada con un cierto grado de fiabilidad son los 640 cm de la hembra de Cojímar, el tiburón blanco puede excepcionalmente llegar a alcanzar tallas bastante superiores. Pero estos ejemplares son ya historia. Hace muchos años, los tiburones de gran tamaño eran más habituales en el mar, pero la pesca industrial los ha eliminado. La consecuencia es que estos peces, como tantos otros habitantes del océano, son cada vez más pequeños.²⁷ Un reciente trabajo centrado en el Mediterráneo confirma un descenso en las tallas medias desde 1913 hasta 2012.²⁸
Cada vez queda menos sitio en los océanos para que los ejemplares de gran tamaño puedan prosperar. Los estamos acosando y eliminando poco a poco, tiburón a tiburón, con inexorable tenacidad. Lo vemos aquí al lado, en el Mediterráneo, una población fija establecida desde hace seis millones de años tras cruzar medio planeta que estamos a punto de eliminar. Su presencia en el Adriático, vinculada a los grandes bancos de atún, es cada vez más escasa, así como en diversas áreas de Turquía, Grecia, italia... y España, donde directamente el tiburón blanco ha desaparecido.
El estatus que le da la IUCN a nivel global es de Vulnerable; pero en Europa y el Mediterráneo se encuentra En peligro crítico... y sus poblaciones siguen en descenso.²⁹
Se nos va.
Agradecimientos a Jürgen Pollerspöck, de Shark References, y a Drew Scerbo, del White Shark Interest Group, por el suministro de alguno de los papers y a Claudio Barría, de Catsharks, por la información sobre Chile. Y gracias, muy especialmente, a los compañeros y sin embargo amigos del Foro Tiburones por su asesoramiento en esto de las furgonetas y caravanas; sin ellos este trabajo no hubiera sido posible.
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Fig. 17:1. Mallorca, 1969. La foto procede de un excelente artículo de Damián Ramis publicado en Brisas, mayo de 1988: "Tiburones en Mallorca". 2. Ejemplar que posiblemente superaba los 5 m capturado accidentalmente en El Barril, México, en abril de 2012. Nunca fue medido. 3. Kin, Okinawa, 1985.
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NOTAS
¹Información extraída de Ellis & McCosker (1991).
²Pocos años después, tras comparar la foto con otras de ejemplares correctamente medidos, J. E. Randall (1987) llegó a la conclusión de que, siendo generosos, el bicho no pasaba de los 6 m. El insigne ictiólogo da una versión ligeramente diferente de la anécdota contada por Richard Ellis, según la cual fue el editor del Guinness, Gerald L. Wood, quien envió primero a Randall la nota con la fotografía del tiburón, y este, ante la imposibilidad de viajar él mismo al archipiélago, se puso en contacto en primer lugar con McCosker, quien a su vez pasó recado a Ellis.
³Compagno (2002).
⁴De nuevo, Ellis & McCosker (1991).Desgraciadamente, la documentación que pudiera existir referida a este caso y a otros análogos desapareció en un incendio ocurrido en los laboratorios de la Universidad de Chile (Claudio Barría, com. pers. tras una consulta con el Dr. Germán Pequeño).
⁵Mollet et al. (1996).
⁶Pero este tipo de estimaciones no siempre resultan todo lo sólidas que sería de desear. Por ejemplo, en algunos casos no existe un protocolo unificado de muestreo y medición, en otros se descubre que ciertas variables no pueden utilizarse como marcas de tamaño puesto que pueden obedecer a cambios ontogénicos o a una simple variabilidad natural entre ejemplares de cierto tamaño, como ocurre con los dientes, donde el cálculo de tallas funciona bien solo en ejemplares jóvenes, dado que en aquellos que han alcanzado la madurez sexual la estructura dentaria es muy diversa.
⁷Aunque existan muchas fotos de un mismo ejemplar, es habitual que solo un pequeño porcentaje puede tener utilidad para realizar un cálculo estimativo. Véase por ejemplo De Maddalena (2001).
⁸Compagno (2002).
⁹Ebert et al. (2021).
¹⁰En este blog no seguimos la actividad de ese programa de tv cuyo promotor, que no es científico sino pescador profesional, gana ingentes sumas de dinero levantando tiburones de gran porte fuera del agua, espachuflados sobre una plataforma como si fuesen sacos de patatas, previamente agotados y estresados, para luego hacerse fotos y vídeos a su lado. Eso es espectáculo sensacionalista, no ciencia.
¹¹Randall (1987) basa su refutación de la medición original en una simple fotografía y en cálculos estimativos a partir de la altura de un diente de la mandíbula superior y de las dimensiones de un centrum vertebral tomados de un artículo del ictiólogo cubano Darío Guitart-Manday y de J. F. Milera publicado en 1974 en un número de la revista Mar y Pesca que contenía varias fotos, del ejemplar y de uno de sus dientes (Ellis & McCosker, 1991). Sin embargo, el propio autor admite que desconoce dos datos que, según establece el protocolo que sigue, son fundamentales para ajustar los cálculos: si el diente es, efectivamente, el de mayor tamaño de la mandíbula superior (entiende que es "presumably a large one from the front of the jaw") y si la vértebra es de las que están situadas debajo de la primera dorsal o en posición inmediatamente anterior (aquí su estimación empieza con un condicional: "If this centrum was taken..."). Otro dato que no le encaja es el peso del hígado: 1005 libras (456 kg) dice que son demasiado pocas para un ejemplar de 21 pies. Sin embargo, admite que el peso estimado de 7000 libras (3175 kg) sí encajaría en un animal de esa talla.
Y con estos datos habla de exageración, refutándose incluso a si mismo, que en 1973 escribía "The largest white shark reliably measured was a 21-foot (6.4-meter) individual from Cuba". Pero seamos justos, esto lo ponía en el abstract; en el cuerpo de texto matizaba un poquito con un: "believed to be reliably measured". Quién entiende a los científicos :) .
¹²Véase José I. Castro (2012).
¹³De Maddalena (2001).
¹⁴De Maddalena (2001 y 2012).
¹⁵Malcolm et al. (2005).
¹⁶Cliff et al. (2000).
¹⁷Véase Ellis & McCosker (1991), Cappo (1988), Mollet et al. (1996) y De Maddalena et al. (2001)
¹⁸"Hubbell (1996)" es la referencia del artículo de este autor que figura en el volumen Great White Sharks: The Biology of Carcharodon carcharias, publicado en 1996: "Using Tooth Structure to Determine the Evolutionary History of the White Shark". En él se da el número de identificación M91683 (no el M91583, como equivocadamente anota Mollet) a un ejemplar de 5,94 m TL, indicando que es una hembra. Sin embargo, Mollet et al., en el mismo volumen unos capítulos más adelante, hacen referencia a ese mismo ejemplar, con idéntico número identificativo, pero con la longitud de 6,096 m y la anotación "G. Hubbell (personal communication)". ¿Con qué versión quedarse?
Para quien no lo conozca, el Dr. Gordon Hubbell, veterinario de profesión, es uno de los más reconocidos expertos en paleontología de tiburones y, según dicen, la persona que más mandíbulas de tiburón blanco ha visto y medido en el mundo, convirtiéndolo una referencia para ictiólogos de la talla del ya citado J. E. Randall. En su casa de Gainesville, Florida, guarda una extraordinaria colección de mandíbulas y dientes fósiles.
¹⁹En un reportaje en el Chasing Pisces del 22/07/2005 titulado "P.E.I.'s Great White Shark", Jack Woolner, testigo del desembarco del animal y autor de las fotografías, cuenta que los pescadores no eran conscientes de lo que traían, decían que habían cogido una ballena en la red. Ninguna autoridad se mostró interesada en hacerse cargo del bicho para conservarlo de algún modo y estudiarlo. Bien al contrario, en plena histeria por las secuelas psicológicas que había dejado Tiburón, hicieron que lo despachasen enseguida; los propietarios se lo llevaron a un vertedero y allí lo enterraron. Woolner decidió entonces llamar a un amigo que dirigía una revista de pesca en Boston, quien a su vez avisó a otro amigo, científico del U.S. National Marine Fisheries Services, quien finalmente contactó con el biólogo Tom Hurlbut, del Canadian Department of Fisheries and Oceans (quien, por cierto, en opinión de David McKendrick, uno de los pescadores que capturó el tiburón, era idéntico a Matt Hooper, el biólogo marino más inolvidable del cine (y del mundo mundial) encarnado por el gran Richard Dreyfuss en Tiburón). En otro reportaje publicado el 19/06/2015 en el Toronto Star con el elocuente título de "Canadian who caught real-life Jaws wishes he hadn't", McKendrick cuenta que, inconsciente del valor científico de aquel extraordinario animal, vendió su mandíbula, de 36 pulgadas de ancho (91,44 cm) y alrededor de 130 dientes, a un museo de Miami (tal vez Hubbell andaba metido por el medio) por una suma considerable. El resto lo enterraron. Su testimonio confirma que los pescadores no tenían ni idea de lo que había caído en su red, hasta que tres semanas después llegó Hooper (perdón, Hurlbut) y desenterraron lo que que quedaba del bicho (la cabeza estaba pudriéndose al aire tirada en una parte del descampado).
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Fig. 18. Golfo de San Lorenzo, 1983. Fotos de Jack Woolner tomadas de GEERG.
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²⁰Como curiosidad, a diferencia de los pescadores, los clientes de estas expediciones de ecoturismo tendían a sobrestimar las tallas de los ejemplares menores de 3 m y a subestimar los más grandes. Véase Cameron May et al. (2019).
²¹Véase Mauricio Hoyos Padilla (2017). En muchas otras publicaciones y noticias online esta estimación de 6,5 m (unos 21,5 pies) aparece rebajada a 6 m (20 pies).
²²Más detalles sobre este "a ver quién mea más lejos" en Deep Blue the largest great white shark? 'Not so fast', USA Today Sports del 30 de diciembre de 2020.
²³Entrevista citada en Meet 'Deep Blue': Possibly the greatest white shark ever filmed, ABC News, 25/07/2018.
²⁴Si recordáis, "el submarino" es el fabuloso tiburón blanco de 7 m o más que durante un tiempo dicen que "apatrulló" las costas de Sudáfrica por la parte de False Bay y que nadie, excepto unos elegidos, pudo ver en directo (fotografías, no conozco ninguna). Uno de ellos es Craig Antony Ferreira, un especialista de por allí que incluso afirma haber tenido hasta cuatro encuentros con el submarino ese, que relata en unos documentales con los que debe de haber ganado una pasta, así como en su libro Great white sharks on their best behaviour, publicado en 2011: que si intentó pescarlo con su padre y en un par de ocasiones se les escapó, aun enganchado a una línea y todo; que si otra vez el bicho se le puso justo delante a pegar saltos fuera del agua... y que tal vez ahora ya debe de haber muerto porque seguro que era muy mayor. En fin, si os interesa el asunto, podéis asomaros a su página web o mirar algún extracto de los "documentales" en que aparece, pero no gastéis el dinero a lo bobo.
²⁵Véase Joan Barrull & Isabel Mate (2002) y De Maddalena en varios de sus trabajos.
²⁶En la literatura científica podemos encontrar unos cuantos testimonios y referencias a ejemplares de 7 a incluso 10 metros que en muchos casos los propios autores consideran exageraciones difícilmente verificables y que, por tanto, invitan a tomar con la máxima cautela. A modo de curiosidad, he preparado una pequeña selección organizada en franjas de 7, 8, 9 y 10 m que solo incluye ejemplares capturados, no avistados:
- 700 cm: Cuatro citas en Mallorca que no han podido ser contrastadas: una de un invierno en la década de los años veinte del pasado siglo, la segunda del 3/09/1927, la tercera del invierno de 1935 y una cuarta del invierno de 1965 [Morey et al., 2003]. Dos ejemplares en el Bósforo y otros dos en el Mármara [ambos, Kabasakal, 2003 y 2014]; >700o770 capturado en Kralijevika (Croacia) el 2/09/1934 [De Maddalena & Heim, 2012]; >700 capturado en Ganzirri, Sicilia el 9/03/1965 (?) [De Maddalena & Heim, 2012].
- 800 cm: Dos ejemplares en el Bósforo, uno anterior a 1926 (unos 4500 kg: dos grandes atunes de 200 kg y un delfín grande encontrados en su estómago) y otro el 28/12/1958 [ambos, Kabasakal, 2014]; Grau-du-Roi (Francia), hacia 1934 [De Maddalena & Zuffa, 2008];Port'Ercole, Italia, 1933-1934 [De Maddalena & Heim, 2012]; 800-1000, Piombino, Italia, 1886 (en su estómago encontraron el cuerpo entero de un marinero envuelto en lona y pesos de hierro). [De Maddalena & Heim, 2012].
- 900 cm: >900 Captura en Canale di Montecristo, 20/07/1964 (en el estómago había una gaviota, un pequeño delfín en dos pedazos, un peluquín negro, una escoba y trozos de la ballena de la que se estaba alimentando en el momento de la captura); >900, captura en Canale dell'Isola del Giglio el 22/07/1967; 900-1000 capturado en Marzamemi, Sicilia, el 23/08/1937; 900-1000, Scopello, Sicilia, con un peso de 3590 kg [todos, De Maddalena & Heim, 2012].
- 10 m: Ejemplar de "alrededor de 10 m" y unos 2500 kg (quizás una hembra) capturado el 15/03/2008 en Sandun, China [elasmollet.org].
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Fig. 19: Izq. Hembra de 504 cm en inmovilidad tónica: le están instalando un transmisor acústico interno en aguas de Albany, Australia. No hace falta montar un show televisivo para hacer un buen trabajo científico. Fuente: abc.net.au. Dcha. Hembra capturada cerca de la Torre de la Doncella, en el Bósforo (Turquía), el 28/12/1965. Originalmente reportada en 700 cm (Kabasakal, 2003) pero estimada en torno a los 600 cm por De Maddalena & Heim, 2012. |
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BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
—Barrull, Joan & Isabel Mate (2002). Tiburones del Mediterráneo. Arenys de Mar: Llibrería El Set-ciències.
—Boldrocchi, G., J. Kiszka, S. Purkis, T. Storai, L. Zinzula & D. Burkholder (2017). Distribution, ecology, and status of the white shark, Carcharodon carcharias, in the Mediterranean Sea. Reviews in Fish Biology and Fisheries. doi: 10.1007/s11160-017-9470-5.
—Cappo, Michael (1988). Size and Age of the White Pointer Shark, Carcharodon carcharias (Linnaeus): Was Peter Riseley's White Pointer a World Record? Sawfish 13(1): 11-13.
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El ejemplar de la fotografía posiblemente anda por los 4 m y poco. Sin ser uno de los gigantes que acabamos de ver, solo su silueta impone. Foto tomada desde un dron en Bulli, Nueva Gales el Sur (Australia). Foto: AVCON Projects.
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